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Obama concede un voto de confianza a Karzai y Zardari

  • El Gobierno paquistaní anuncia una ofensiva general sobre las zonas controladas por los talibanes que proseguirá "hasta eliminar a todos los terroristas"

El Gobierno de Pakistán dio ayer por roto el controvertido acuerdo de paz con los talibanes del conflictivo valle de Swat, al anunciar que ha ordenado al Ejército que emprenda una nueva operación contra ellos. "Se ha ordenado al Ejército que elimine a los militantes y terroristas" de la división de Malakand, en la que se ubica Swat, anunció en un discurso televisado el primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Guilani.

"Aprobamos el pacto para conseguir la paz pero los insurgentes no se han avenido a él", dijo Guilani, quien admitió que "la situación se ha deteriorado tanto que la población se ha tenido que marchar".

El anuncio de la ofensiva se produce horas después de que el presidente de EEUU, Barack Obama, expresara su "compromiso duradero" con Afganistán y Pakistán y asegurara que los líderes de ambos países, Hamid Karzai y Asif Zardari, comparten su determinación para luchar contra el terrorismo. Obama se reunió por separado con Karzai y Zardari y mantuvo después una cumbre trilateral con ambos mandatarios en la Casa Blanca, para buscar cooperación contra la red terrorista Al Qaeda y el movimiento talibán, que se encuentra a un centenar de kilómetros de Islamabad.

"Me complace que estos dos hombres, líderes electos de Afganistán y Pakistán se den completa cuenta de la seriedad de las amenazas que encaramos y hayan reiterado su compromiso para hacerles frente", sostuvo el presidente estadounidense, flanqueado por Karzai y Zardari. La seguridad, sostuvo, "es un problema compartido, como aprendimos de manera muy dolorosa tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, una lección que no olvidaremos".

Según afirmó el presidente, "el camino por delante será difícil, habrá más violencia y pasos atrás, pero contamos con un compromiso duradero para derrotar a Al Qaeda y apoyar a los Gobiernos democráticos de Pakistán y Afganistán". Ese esfuerzo, prometió, será "sostenido" y Estados Unidos "no cejará en su empeño".

La alternativa que ofrece Al Qaeda y el movimiento talibán, aseguró, es "un futuro de violencia y desesperanza, y ese no es el futuro que el pueblo paquistaní quiere o se merece".

Esos esfuerzos se vieron ensombrecidos después de que bombardeos de la aviación estadounidense en Afganistán dejaran numerosas víctimas civiles, algo que obligó a Clinton a expresar el "profundo pesar" de su Gobierno. Obama, por su parte, aseguró que en los esfuerzos por erradicar a los talibanes se adoptarán "todos los esfuerzos posibles para evitar bajas civiles".

En las últimas semanas, Washington se había mostrado preocupado por su parte por lo que consideraba una permisividad excesiva del Gobierno de Zardari hacia los talibanes, a los que permitió imponer la ley islámica o sharia en zonas del noreste paquistaní a cambio de evitar un levantamiento en esa área.

Pero los intentos de los talibanes, que se encuentran en el valle de Swat -a un centenar de kilómetros de Pakistán-, por hacerse con el control del vecino valle de Buner, han causado una gran preocupación en Islamabad.

El lanzamiento por parte de las fuerzas paquistaníes de una ofensiva en ambos valles contra los insurgentes ha sido interpretado en Washington como una señal de que Islamabad comienza a darse cuenta de la necesidad de enfrentarse a los talibanes.

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