Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Mundo

Obama y Medvedev acuerdan reabrir las conversaciones sobre armas nucleares

  • El presidente de EEUU utiliza su viaje a Londres para rebajar tensiones con Rusia y China

Obama no perdió ni un minuto desde que pisó suelo europeo. En menos de una mañana el presidente norteamericano tuvo tiempo de presentar al mundo el nuevo rostro de EEUU y de rebajar la tensión con China y Rusia, todavía resentidos de la gélida relación con Washington tras la era Bush. Desde su desayuno a primera hora en el número 10 de Dowing Street con el primer ministro británico, Gordon Brown, Obama no cesó de mantener encuentros bilaterales con varios de los líderes que acudirán hoy a la cita del G-20.

Lo hizo acompañado de la primera dama, Michelle Obama, y de los millones de curiosos y manifestantes que le esperaban en cada una de sus paradas por la capital británica.

La eficacia, la popularidad y el carisma de Obama quedaron más que demostrados ayer, cuando presentó el nuevo EEUU a Brown y a los presidentes ruso, Dimitri Medvedev, y chino, Hu Jintao, con los que empezó a cerrar la brecha que dejó tras de sí la anterior Administración norteamericana.

Obama rompió ayer con varios años de tensiones entre EEUU y Rusia, irremediablemente enfrentados durante la era Bush por cuestiones económicas y estratégicas que se agudizaron en los últimos años por el deseo de Washington de instalar un escudo antimisiles en suelo europeo.

Obama puso a Medvedev el segundo en su lista de visitas ayer en Londres, y se marchó de la reunión con un significativo acuerdo para la reducción de la proliferación de armas estratégicas nucleares.

Según afirmó Obama, las relaciones entre los dos países han registrado "grandes progresos".

Por su parte, el presidente ruso aseguró que el logro del acuerdo de ayer sentará las bases para nuevos avances en otras áreas de la relación bilateral.

La declaración firmada entre ambos, que renueva el Tratado para la Reducción de Armas Estratégicas (START, por sus siglas en inglés), en vigor desde 1994 y con expiración a finales de este año, prevé que ambos fijen nuevos objetivos para el desarme nuclear más ambiciosos que los que fijaba el Tratado de Reducciones Estratégicas Ofensivas de Moscú de 2002. START ha "cumplido totalmente su objetivo", señalaron Obama y Medvedev, que acordaron volver a reunirse en julio.

Tras dar a Moscú el apretón de manos más caluroso que ha recibido de Washington los últimos años, Obama se dirigió a Hu Jintao, con el que se comprometió a reforzar y estabilizar sus relaciones comerciales, a evitar el proteccionismo y a reforzar el papel de las economía emergentes. Además, ambos mandatarios acordaron volver a reunirse en la segunda mitad de este año para reforzar las relaciones entre EEUU y China, marcadas por la frialdad en la etapa de Bush.

En el terreno político, ambos mandatarios abordaron asuntos como las conversaciones para la desnuclearización norcoreana o el programa nuclear iraní, así como la situación en Sudán o el sureste asiático.

Ambas partes, según la Casa Blanca, acordaron "mantener una conversación y coordinación estrechas y colaborar para la resolución de conflictos y reducción de las tensiones que contribuyen a la inestabilidad global y regional". Esa cooperación, aseguraron, se extenderá también a áreas como la energía, el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. También acordaron retomar las consultas sobre no proliferación y seguridad internacional, así como "retomar el diálogo sobre derechos humanos tan pronto como sea posible".

Por otro lado, en su cita con el anfitrión, Gordon Brown, el líder norteamericano aseguró que las divisiones entre los 22 países que acuden al G-20 están "superadas" y llamó a la calma de cara a la reunión de hoy. Obama se refirió a las dos cuestiones que enquistan el debate: el lanzamiento de nuevos planes de estímulo y la reforma del sistema financiero, dejando sin embargo la puerta abierta a vagos acuerdos que estarían muy lejos de contentar al ambicioso presidente francés, Nicolas Sarkozy, que ayer seguía amenazando con abandonar la cumbre si no se consiguen "resultados concretos".

Consciente del poco entusiasmo que despierta entre los líderes europeos la idea de lanzar un nuevo plan de estímulo, Obama se limitó a decir que "los gobiernos tienen que actuar y EEUU no tiene la intención de hacerlo solo". "Tenemos que actuar con urgencia", dijo Obama refiriéndose a las dificultades que traerá 2009 en términos de empleo y para la seguridad de los ahorros y las pensiones.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios