Feria de El Puerto

Todo cabe en los trajes de gitana de este año, siempre que sea gigante

  • Los estampados son grandes, flores enormes y esparcidas por todo el tejido. Los lunares crecen y se vacían, son círculos, o se transforman en otras formas. Los vestidos también lucen dibujos geométricos o incluso motivos arabescos

Como cada año el real de la Feria es, además de caballos, vino fino, fiesta y diversión, una pasarela para que las portuenses luzcan sus mejores galas flamencas.

En esta pasarela predominan los colores, los volantes y los adornos, cuanto más grandes mejor. Mayores y pequeñas se pasean ataviadas con los trajes típicos. Y este año, también los pequeños se han vestido de corto. En las últimas ediciones de la Feria parecía que el vestido propio de la fiesta fuese exclusivo para el género femenino, pero en esta edición nuevamente los niños han calzado botos de montar y se han colocado el sombrero cordobés. O al menos así lo asegura Victoria, una de las co-propietarias, junto a Salvadora e Isabel, de la tienda de trajes de gitana 'La Reja': "a los chicos también les gusta ataviarse de una manera especial para ir al real, y así se identifican más con la fiesta".

Ellas visten nuevamente trajes enterizos, una sola pieza, frente a las dos que estaban de moda estos últimos años. La falda y camisa dejan paso al vestido entero, pero combinado con las más variadas prendas. Vestidos muy entallados por arriba y con mucho volumen por debajo. Volantes muy vaporosos, aunque pocos, cada uno de ellos va muy recargado. En las formas, los vestidos también llevan nejas, cayendo desde la cadera y con mucho vuelo. O los vestidos cortados bajo el pecho. Muchas veces con grandes escotes.

Para combinar vale casi todo. El tradicional mantoncillo deja de verse un poco, pero siempre será un clásico. Predominan mantoncillos pequeños, a veces intercalando los flecos con tiras de seda. "Así se aligera el mantoncillo y se le da más protagonismo al traje, no se quiere que el mantoncillo tape el traje", así lo explica Mónica Bobo, una de las diseñadoras de moda flamenca que más trabaja para la Feria portuense.

Novedosos son también los fajines. Este año los vestidos son atravesados en la cintura por anchos fajines que estilizan la figura. Fajines de encaje, que en ocasiones incluso incorporan las transparencias a los trajes de flamenca. Aunque quizás, la chaquetilla sea la pieza estrella en las combinaciones. Chaquetas cortitas, boleritos, de la misma tela del vestido, o de tonos que combinen, con lunares más grandes o más pequeños que los del traje, etc, todo vale para esta nueva prenda.

En las telas se llevan los estampados grandes, maxis. Flores muy grandes y muy desperdigadas. También el lunar se agranda, o se vacía y es apenas un círculo, o se convierte en otras formas. Incluso en formas geométricas. Mónica Bobo comenta que ha realizado algunos vestidos con lunares, motivos geométricos, semejantes a gotas de agua. Los vestidos de este año acogen también motivos arabescos, como de cerámica antigua. Todo esto se puede combinar al gusto de quien las vista. Y cuanto más extravagante sea la combinación, mejor todavía, hasta pueden mezclarse lunares con flores.

Los colores de los vestidos de gitana que dibujan el recinto ferial son este año más colores que nunca: colores llamativos, combinados de formas muy estridentes; colores muy cromáticos, todos los tonos caben en un mismo vestido; o bien colores muy clásicos: el rojo combinado con negro o blanco.

Hasta los tejidos traen novedades en esta edición de la Feria. Se incorporan encajes, y la seda salvaje. El raso es otra elección común porque, según explica Victoria, "al ser un poco elástico resulta muy cómodo". En este mismo sentido, por su comodidad, destaca Mónica Bobo que "el popelín elástico es uno de los tejidos estrella este año".

En resumen, mucha variedad en la pasarela portuense de este año de la moda flamenca. Y variedad muy recargada, como comenta Mónica Bobo, "los trajes este año son muy barrocos, muy enriquecidos".

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