Desde hace 27 años, la Feria de Primavera se inicia oficiosamente con el pregón de la caseta de Helo-libo, de la cofradía de la Oración en el Huerto. El pasado lunes, el encargado de pronunciarlo fue el jerezano Gabriel Álvarez Leiva, quien pregonó la Semana Santa el pasado año.

Su amplio currículum como exaltador cofrade se notó en su elocución en la noche del lunes. Utilizó un estilo y una dicción propia de los pregones de Cuaresma. El comienzo fue un poema dedicado a la Feria. Prosiguió con un desglose por temas sobre distintos aspectos de la Feria (el vino, el caballo, las sevillanas, ...) con una misma estructura, una pequeña introducción en prosa para rematarla con un verso. Eso sí, y para dejar claro que era un pregón de Feria, entre bloque y bloque el coro jerezano Ecos de la granja interpretó una sevillana. El público estuvo frío durante todo el acto, sin apenas arrancarse a seguir el compás con las palmas.

El presentador de Gabriel Álvarez fue el crítico taurino de la Cadena Cope Manuel Sotelino, compañero en las ondas del exaltador. Como no podía ser menos, Sotelino recurrió a términos taurinos para presentar a Leiva, del que también dijo que es un “cristiano católico comprometido”. Le advirtió de la responsabilidad de torear en una plaza que no pudo ver a Manolete, la de las grandes corridas de De Paula y Curro Romero y la que se llena para ver a José Tomas. “Haz llegar con tu gesto y oda a esta tierra y fiesta maravillosa”, le convidó.

Gabriel Álvarez subía al estrado y brindaba con su presentador. En ese momento, aparecía en la caseta los miembros de Ecos  de la granja cantando la señera sevillana ‘A mí me gusta el flamenco’. Leiva iniciaba su elocución recordando como hace un año el hermano mayor de El Olivo, Luis Ortega, le invitó a que hiciera el pregón. Fue tras el que realizó su también compañero de Cadena Cope Marco Antonio Gómez, y que él se encargó de presentar.

Posteriormente hizo mención de Navarra, la comunidad a la que este año se dedica la Feria. Por ello instó a los presentes a ponerse un pañuelo “del color de su bandera” (el rojo) para recordar a aquellos navarros que un día dejaron su tierra y vinieron a vivir a El Puerto. Hizo mención de apellidos como los Santiesteban, Araníbar, Vizarrón o Imbluzqueta, entre otros.

Tras una nueva sevillana de Ecos de la granja habló del vino, del que apuntó:“no hay nombre para calificarlo, sólo se bebe”. Hizo mención de Osborne, empresa patrocinadora del acto, y de los dos siglos que lleva afincada en la ciudad. La letra de la sevillana para cerrar este bloque no podía ser otra y que dice:“Las penas con el vino son menos penas”.

Posteriormente reconoció una debilidad: no saber bailar sevillanas. Por eso dijo preferir mirar a los que saben, como a los miembros de las tres academias de baile de la ciudad.

También hizo mención del caballo y de su concurso morfológico para concluir con una invitación a los presentes a vivir la Feria a partir de la jornada de hoy.

El acto concluyó con un brindis conjunto del presentador, pregonero, hermano mayor de El Olivo, la representante de Osborne y el alcalde de la ciudad, Enrique Moresco.