EL PSOE se ha reunido en Madrid este fin de semana; el PP lo hará a finales de la semana que viene en Málaga. El ánimo es distinto. En las filas socialistas se respira fracaso aunque Rubalcaba y Valenciano se están dejando la piel para intentar dar la vuelta a las encuestas, hasta ahora sin éxito. En cambio, en el PP se ven ya en el Gobierno, y las caras de los socialistas les animan, porque la gente del PSOE se expresa como si diera por hecho que Rajoy va a ser el próximo presidente. Y qué decir sobre las declaraciones de Duran Lleida, que para justificar que repite como cabeza de lista de CiU al Congreso de los Diputados explicó que Artur Mas y él mismo creen que al frente de su grupo parlamentario debe estar un diputado con experiencia, porque saben que un Gobierno de mayoría absoluta siempre perjudica a los nacionalismos. CiU no sólo da por hecho que el PP gana, sino que alcanza la mayoría absoluta. En las filas de Rubalcaba afirman que el problema mayor que se plantea al candidato en esta campaña es que Rajoy no entra al trapo, apenas se manifiesta respecto a lo que declara o propone el candidato socialista, como si no existiera. Una estrategia, cuentan, que a Rajoy le viene muy bien pero que, dice un miembro del equipo de Rubalcaba "para nosotros es una dificultad. Trabajamos con la idea de que se calentará cuando se inicie oficialmente la campaña, y quizá en esos quince días nos dé oportunidad a que surja la polémica entre Alfredo y él, y en ese tipo de escenarios Alfredo gana".

Lo que ocurre es que los responsables de la estrategia de campaña del PP se han marcado como objetivo dejar poco terreno a Rubalcaba para la polémica. No porque crean que ganaría a Rajoy, que evidentemente no lo creen, sino porque saben que le saca de quicio que no le den excesivo protagonismo. Se lo darán sin embargo en los debates de televisión, que tanto PP como PSOE quieren que se celebre. El jueves mantuvieron un primer encuentro Elena Valenciano y Ana Mato, y las dos están de acuerdo en que haya debates entre los dos candidatos. Serían probablemente dos, porque hay que dar oportunidad al perdedor del primero a que se prepare mejor el segundo.

Tanto la conferencia socialista como la convención de Málaga tenían como objetivo presentar los programas electorales de los partidos, de hecho el PSOE había abierto la posibilidad a cualquier ciudadano, militante o no militante, de presentar propuestas que podrían ser incorporadas al programa que se conocería en la conferencia de Madrid. Pero ni el PSOE ni el PP presentarán finalmente sus programas electorales. Dicen los equipos de uno y otro que eso forma parte de la estrategia electoral, que prefieren dar "pildorazos" desde ahora hasta el último momento para tener permanentemente el foco de atención sobre los candidatos. La verdad es que ni PSOE ni PP han finalizado aún la redacción de sus programas definitivos. Los responsables de redactarlo tienen ya todas las propuestas sobre la mesa pero aún no las han terminado de estructurar.

En el PSOE es Jesús Caldera el coordinador y redactor del programa definitivo, pero la estrategia electoral la marca el propio candidato Rubalcaba, más Elena Valenciano y Antonio Hernando. Y aunque no aparece en primer plano también tiene relevancia el papel de José Blanco, que pertenece al comité de estrategia y cuyas propuestas se escuchan con atención y además se aceptan casi siempre. No en vano ha sido el que convirtió en vencedor a Zapatero en difíciles circunstancias y bajo su batuta se han ganado elecciones generales y autonómicas que parecían imposibles. Hasta las gallegas de hace dos años, cuando empezó el declive socialista . Es uno de los que ha aconsejado que en la Conferencia de este fin de semana no se aprobara el programa definitivo, para no dar pie al adversario a que durante los próximos dos meses se dedique a descalificar las propuestas socialistas. Además, como ocurre en el PP, los estrategas han llegado a la conclusión de que es más inteligente ofrecer cada pocos días algunos de los puntos del programa electoral.

Además de Conferencia y Convención, los dos partidos tienen prácticamente ultimada la campaña de sus respectivos candidatos. Zapatero participará poco en la de Rubalcaba, pero sí tendrá mucha presencia Felipe González, sobre todo en Andalucía. En cuanto al PP, el candidato va a visitar todas las provincias españolas desde ahora hasta el 20-N, y también contará con el apoyo del ex presidente Aznar, que por otra parte hace ya tiempo que se ha puesto a disposición de Rajoy para ayudarle donde el candidato considere necesario. Y estará en Málaga, por supuesto, como la plana mayor del PP al completo.

También los otros partidos han organizado reuniones, conferencias y encuentros sectoriales y, con razón, se quejan de que no encuentran tanto eco en los medios de comunicación. Pero tiene su lógica: el próximo presidente será Rubalcaba o Rajoy, no puede ser otro. Duran Lleida ya ha advertido que CiU nunca apoyaría al partido perdedor.