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Crónica personal

pilar Cernuda

La pelea es entre Correa y Bárcenas

El supuesto cerebro de Gürtel señaló al ex tesorero del PP como el hombre al que entregaba el dinero que recibía de distintos empresarios a cambio de adjudicaciones de obras. Éste no tardó en desmentir que hubiese recibido un duro.

SE suponía que Correa iba a poner contra las cuerdas a Rajoy y resulta que el que ha salido peor parado de su declaración ha sido Bárcenas. La minuciosidad con la que Correa explicó cómo funcionaba hace años la financiación de los partidos, la naturalidad con la que contó que los empresarios asumían que las adjudicaciones de muchos proyectos obligaban a pagar comisiones, la tranquilidad con la que contó que era lógico regalar a quien abría puertas, la forma en la que iba desgranando qué regalaba a quién, qué favores le pedían y qué pedía él mismo, qué personajes eran sus interlocutores en Génova salvando a unos y señalando a otros, y cómo asumía la responsabilidad de los posibles delitos que pudieran cometer aquellos que cumplían sus órdenes mientras llamaba traidores o desleales a otros, ha sido sorprendente.

Lo que quizá no esperaba nadie es que dijera que sus "negocios" con el PP se acabaron cuando Rajoy se hizo cargo de la Secretaría General porque no sentía ninguna simpatía por Pablo Crespo. O que fuera tan contundente para señalar a Bárcenas como el hombre al que entregaba el dinero que recibía de distintos empresarios a cambio de adjudicaciones de obras. Bárcenas no tardó ni un minuto en declarar que no había recibido un duro, pero... es difícil creerlo cuando estos años ha incurrido en tantas contradicciones, empezando por las listas de entregas que a veces se comprobaron falsas o cuando negó primero que existiera en Génova una caja B para después dar todo tipo de datos sobre ella.

La declaración de Correa no tiene valor procesal, pero desde el punto de vista político ha abierto una sombra de dudas sobre el caso Gürtel. Su palabra hay que ponerla tan en duda como la de Bárcenas. Pero es evidente que le ha dado un balón de oxígeno a Rajoy cuando algunos lo consideran el capitán de los corruptos. Su mayor delito ha sido mirar para otro lado, que es intolerable, o no haber sido suficientemente eficaz en su obligada función de vigilancia.

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