EN uno de los últimos debates monográficos sobre la crisis en el Congreso en 2009, el presidente del Gobierno reconoció que la economía española volvería a crear empleo de forma "vigorosa" cuando se recuperara la construcción inmobiliaria. Hasta entonces, Zapatero había frivolizado sobre este importante sector, que llegó a tener un peso superior al 12% del PIB en los años de bonanza, vinculándolo casi exclusivamente a los procesos corruptos y especulativos de la burbuja inmobiliaria que su Gobierno y el de José María Aznar permitieron en aras de un descenso del paro y unas cifras de crecimiento importantes.

Durante el año y medio largo de esta crisis económica, con un paro que se ha situado en los 4,5 millones y un déficit público del 11,4% del PIB, el Gobierno de Rodríguez Zapatero no ha sabido ver la falta de nichos alternativos de creación de empleo a la construcción inmobiliaria, más allá del voluntarismo que conllevabann las energías renovables y la Ley de Dependencia. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, las magnificó tanto, en un intento algo desesperado, que las redujo casi a un nuevo engaño.

Sin embargo, en el documento que presentó ayer la vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero recupera, en parte, el sentido de la realidad y, en su afán sincero por sacar a este país de la peor crisis económica que ha vivido desde la Guerra Civil española, plantea, entre las medidas para crear empleo a finales de 2010, la recuperación de la construcción. Eso sí, lo anunció en el documento oficial de forma tibia: "Se trata de acciones centradas en la construcción sostenible". Y se explicó: "En la medida en que más de la mitad del parque inmobiliario tiene ya una antigüedad superior a los treinta años, las acciones apuestan por la rehabilitación de viviendas y edificios y se ven completadas por formas nuevas de financiación para la construcción de VPO". Con todo, el Gobierno estima que, "de acuerdo con los datos del sector", se podrán crear "más de 350.000 empleos en dos años" con estas medidas de rehabilitación que propone.

Una vez planteado el principio de lo que será una rectificación en toda regla sobre el papel de la construcción inmobiliaria en España -no tiene por qué alcanzar los niveles de la década 1997-2007-, el resto del documento presentado ayer por Salgado deja de ser, de entrada, la guía generalista presentada la semana pasada y puede servir de base sólida para que el Gobierno y los grupos políticos, incluido el PP, atiendan las demandas de la mayoría de la ciudadanía y alcancen acuerdos que, al menos, trasladen confianza a los mercados.