Susana Díaz ha abierto un paréntesis en sus relaciones con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y sus intenciones de formar un Gobierno de coalición con Podemos. En lo que más bien parece una retirada táctica, a la espera de que se aclare el panorama político español, la presidenta concedió ayer una entrevista a Canal Sur Radio, en la que expresó su "apoyo y confianza" a Pedro Sánchez para que éste busque una alternativa de Gobierno si falla el intento de Rajoy. "Con un límite claro", indicó, "que previamente renuncien al derecho a la autodeterminación".

La única línea roja es "la unidad de España". Las opciones de Sánchez, sin embargo, son escasas, las marcas gallegas y catalanas de Podemos no van a renunciar al referéndum  y, por si quedara alguna duda, Esquerra Republicana, por mediación de Joan Tardá, también indicó ayer que esta reivindicación es innegociable. A pesar de ello, de las remotas opciones de los socialistas, Díaz se ratificó en que ellos nunca apoyarán a Mariano Rajoy.

La entrevista de Díaz en el programa de Tom Martín Benítez viene a confirmar la retirada del PSOE andaluz después de dos semanas de convulsión interna. La presidenta eludió pronunciarse sobre si optará a la Secretaría General de su partido, pero el congreso ha dejado de ser un asunto urgente. No será en febrero porque es "inviable", y ya se verá si en marzo o en abril. La convocatoria de las catalanas ha acabado por alterar los planes iniciales de los socialistas andaluces y, además, se extiende la sensación entre todos los partidos de que España está abocada también a repetir las elecciones generales. "Hay tiempo para todo", respondió Díaz a la pregunta sobre el congreso de su partido. "Este país está preocupado de quién lo va a gobernar y si va a tener Gobierno. Después tocará si el PSOE hará congreso", indicó. Esto supone una rectificación en toda regla.

Una de las críticas que se han hecho al PSOE andaluz es, precisamente, ésa, la de intentar forzar un congreso interno cuando aún no se había solucionado la formación del Gobierno. No obstante, la impresión general en todos los ámbitos es que la negativa del PSOE a pactar con el PP y la de Podemos, en hacer imposible la negociación mediante barreras infranqueables, llevará a nuevas elecciones. "Sería un fracaso, no estoy en ese escenario", afirmó la presidenta, convencida de que repetirlas no sería la mejor opción. "No sería deseable una repetición de elecciones, no sería bueno para España", aseguró, aunque "dada la aritmética no podemos descartarlo".

De este modo, Susana Díaz ha enviado un mensaje a su partido al levantar el veto a Podemos, aunque su apoyo está condicionado a lo que Iglesias considera ahora fundamental. Sánchez "tiene todo mi apoyo, toda la confianza y legitimidad que le ha dado el comité federal, pero para sentarnos a negociar con esas fuerzas de izquierda tienen que renunciar a la autodeterminación. El derecho a decidir lo tenemos todos", reiteró la jefa de los socialistas andaluces

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, explicó que ni Susana Díaz ni nadie del PSOE le ha consultado sobre la posibilidad de que ésta dejase la Presidencia de la Junta, lo que ocurriría si opta a presentarse a las elecciones generales. "No ha sucedido", indicó el líder de la formación naranja, aunque apuntó que, en caso de ocurrir, tendrá que haber un nuevo debate de investidura y una nueva negociación. El PSOE necesita el apoyo de Ciudadanos para relevar a Susana Díaz en el Parlamento. Su líder andaluz, Juan Marín, también explicó a este medio que nadie le ha planteado esa posibilidad, pero lo que sí parece es que los socialistas deberían de volver a negociar. El relevo de Griñán por Díaz, por ejemplo, se hizo con el apoyo de IU -entonces en el Gobierno-, sin ningún replanteamiento de las relaciones.

El secretario de Organización de los socialistas, César Luena, respondió a Díaz que el congreso del PSOE se celebrará "en meses" y dejó claro que "los tiempos del PSOE" los marcaron los españoles en las pasadas generales. Se abre, pues, una tregua entre Díaz y Sánchez a la espera de la resolución de la gobernabilidad.