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España

Puig: "No me importa que se me diga pedigüeño, tengo sólidos argumentos"

  • El president de la Generalitat Valenciana reclama una financiación "justa" para los valencianos y "levantar la hipoteca reputacional" que pesa sobre la comunidad.

El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, dice que reclamar una financiación "justa" para los valencianos "es la madre de todas las batallas" y no le importa que le llamen "pedigüeño", porque tiene "sólidos argumentos" y representa a cinco millones de españoles "maltratados". 

En una entrevista, Puig afirma que otro de sus grandes objetivos es "levantar la hipoteca reputacional" que pesa sobre la Comunidad Valenciana por la "falta de respuesta enérgica" del PP ante la corrupción, ya que tiene costes para las empresas y profesionales valencianos cuando compiten en otros ámbitos. 

"Hay que empezar asumiendo que la situación económica en estos momentos es francamente difícil. Es más, si no cambiaran los parámetros, la Generalitat sería inviable, porque no tenemos suficientes recursos para atender los servicios básicos", ha señalado. 

Puig destaca que la primera acción que debe adoptar el Consell es reivindicar una financiación autonómica "justa", y mientras eso no sea posible, garantizar a través de fondos extraordinarios el funcionamiento de los servicios públicos. 

"Es absolutamente imprescindible tener la financiación adecuada para desarrollar un programa político decente para esta Comunidad", afirma el president, quien resalta que no es una cuestión "partidaria ni de gobierno", sino una petición de la sociedad valenciana. 

"Esto no es un problema de victimismo" ni de una posición "nacionalista o regionalista", asegura Puig, quien añade que "no es razonable" que haya "dos categorías de españoles" y que el Fondo de Liquidez Autonómico "en modo permanente" no es "solución". 

El president considera que hay que volver a posicionar a la Comunidad Valenciana en España, no solo con el gobierno, sino con el conjunto de actores fundamentales en la vida española, porque ha habido "una enorme invisibilidad" de esta tierra y se tiene que superar, pues esta es una de las autonomías "más pobladas, potentes y decisivas" de España. 

"No podemos continuar orillados", asevera Puig, quien asegura que va a dialogar y a exigir "siempre" y que las instituciones no deben estar "sometidas a los partidos". 

Otro de sus grandes compromisos es "levantar lo más rápidamente posible", con la ayuda de las grandes empresas, artistas y creadores valencianos, la "hipoteca reputacional" de la Comunidad, que ha supuesto un coste económico, social y ético, para "convencer" a las administraciones de que "necesitamos una nueva oportunidad como valencianos". 

Puig afirma que se abre un "nuevo tiempo", que es "de esperanza, de apertura, de honradez, de transparencia", en el que pretende que todo lo "bueno" que existe en la región, "que es muy mayoritario", esté "visible" en el conjunto de España y del mundo. 

El president asegura que preservará de "la lucha partidista" la acción de gobierno del Consell, incluso en la relación con el gobierno de España, y aboga por una alianza de todas las instituciones valencianas para atajar conjuntamente emergencias como la pobreza. 

Manifiesta que no quieren hacer "una especial caza de brujas", porque el objetivo es "mirar hacia adelante", e insiste en que hay un único gobierno valenciano -no dos- y para cuatro años, cuyos miembros firmarán una "carta de gobierno" con compromisos éticos y trabajarán para "reconciliar" a la Generalitat con los ciudadanos. 

De su relación con la vicepresidenta del Consell, Mònica Oltra, explica que se conocen más y se quieren "más, por supuesto", y a quienes dicen que le puede hacer sombra les replica que no está en el cargo por protagonismo, sino que es un "agnóstico del poder" y considera que este debe estar "al servicio de las causas justas". 

Respecto a Les Corts, señala que no pueden ser "una correa de transmisión del Gobierno", pero tampoco "un gobierno contra el gobierno", y sobre el futuro de las Diputaciones explica que "no se trata de quitarles recursos ni competencias, sino que la Generalitat dirija las competencias que tiene asignadas para beneficio de los ciudadanos". 

Puig opina que el mestizaje entre PSPV y Compromís en el segundo escalón de la Generalitat "es una buena idea, pero las buenas ideas hay que testarlas", y considera que en la política valenciana de los últimos tiempos ha habido "demasiada novela negra y poca poesía". 

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