El ex presidente de la CEOE y ex consejero de Caja Madrid, Gerardo Díaz Ferrán, sólo reconoció ayer la mitad de los gastos -todos ellos efectuados en restaurantes- que se le atribuyen en el documento aportado por Bankia y que desglosa el total de gastos efectuados con las tarjetas black por los 65 ex altos cargos y directivos de Caja Madrid y la entidad nacionalizada.

Durante su declaración ante el tribunal de la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal en el juicio por las llamadas tarjetas opacas, el empresario, que cumple condena en prisión por el caso Marsans, precisó que dicho documento aportado como prueba pericial es "papel mojado".

El empresario le espetó al fiscal Anticorrupción, Alejandro Luzón, que no insistiera en esa cuestión puesto que no iba a reconocer el total de los 93.984 euros que se detallan de su tarjeta opaca y por cuyo uso se le acusa de delito continuado de apropiación indebida y administración desleal.

Además justificó los gastos cargados en algunos restaurantes y argumentó que es donde iba a comer con clientes de la caja. "Conseguí muchos clientes durante año y medio hasta que dejé de ser consejero y pagué gastos de comidas que no tenía por qué pagar de mi bolsillo; me pareció lo correcto", afirmó justificando el uso de la tarjeta.

Díaz Ferrán explicó que fue consejero de Caja Madrid desde 2003 hasta 2009 y que le otorgaron la black en el segundo consejo al que asistió si bien estuvo durante seis años sin emplearla. Le dijeron que se trataba de un plástico para gastos con un límite de 3.000 euros mensuales.