Gregorio Salvador Lingüista y académico de la RAE

"No hay supremacía del masculino en nuestra lengua"

  • Nació en la antigua Cúllar Baza, en los páramos del norte de Granada, en la 'Cartago espartaria' Catedrático de Lengua, por sus aulas desfilaron seis generaciones de estudiantes. Vive en Madrid, con su esposa, va a cumplir 81 años y tiene tres biznietos. Es miembro de la RAE, de la que fue vicedirector, desde hace 22 años. Supervisa los trabajos de elaboración del diccionario que se publicará en 2013, cuando la Academia cumpla 300 años.

¿Los políticos hablan bien o mal?

Los políticos hablan como les conviene. Estropean la lengua cuando usan eufemismos para no llamar a las cosas por su nombre, sino con términos aproximados, menos crispantes.


¿Hay palabras malditas, como crisis?

Ha ocurrido siempre. Ya se quejaba Herodoto, en la Grecia antigua, del mal uso del vocabulario. Hay una larga tradición de denuncias.

Cuente, cuente.

En los salones de la Francia del XVIII hubo unas señoras muy dadas a la cultura que inventaron un lenguaje absolutamente eufemístico. Les llamaban las preciosas ridículas.

¿Por qué?

No les gustaba denominar a las cosas por su nombre. Hablar de los pies les resultaba muy pedestre, así que los llamaban los queridos sufrientes. Inspiraron una obra de Moliére.

¿Y aún pecamos de lo mismo?

Tengo un artículo titulado Los preciosos ridículos. Se refiere a esta gente que se pone a desdoblar el lenguaje y no acaba nunca, con el masculino y el femenino.

¿Ciudadanos y ciudadanas?

Eso no lo admite la lengua ni lo admite el que oye, que aspira a que le comuniquen lo que sea de la manera más exacta posible.


Siempre es bueno economizar.

Hay un principio en toda lengua y es que la lengua tiende a la economía de medios para expresar rápidamente lo que el usuario necesite expresar.

¿Sabe que quisieron desdoblar el himno andaluz?

Vaya por Dios. Eso es otra mandinga de las que aparecen de vez en cuando.

Andaluces y andaluzas, levantaos.

Se le quitan a uno las ganas de levantarse. °Cómo se pasan en este asunto!

Sólo es una forma de reivindicación.

La división de las cosas femeninas o masculinas en una lengua es totalmente arbitraria. Por ejemplo, en alemán, la luna es masculino y el sol es femenino.

¿No domina el género masculino?

No hay supremacía del masculino en nuestra lengua.

¿Está seguro?

Hasta el término que usamos para denominarnos a nosotros mismos es femenino: persona.

¿Y por qué la usamos?

Persona era la máscara que se ponían en el teatro latino según lo que representaba cada cual. De ahí viene nuestro término.

¿De que la vida es teatro?

Somos lo que somos en nuestros adentros, pero siempre estamos representando un cierto papel en la sociedad y en la vida. Nunca se conoce claramente a los otros.

Gran verdad esa.

Luego cualquier hombre, yo mismo, puede decir: como persona estoy indignada, dolida y cabreada por el mal uso que se hace de la oposición de género en la gramática.

¿De miembras nada?

Si no fuera un error habría que decir que es una estupidez.

¿No se usa el término en Latinoamérica?

He sido durante siete años presidente de la Asociación de Academias de la Lengua y he viajado por América de norte a sur. Jamás he oído semejante estupidez.

Habrá que preguntarle a la ministra.

Miembro significa que se pertenece a un grupo. Como los miembros del cuerpo, los brazos y las piernas.

¡Qué vapuleado tenemos el idioma!

El español está tan rozagante como siempre. Figura entre las cuatro mayores lenguas demográficamente, pero es la que tiene entre ellas más hablantes maternos.

Y sin embargo, no en toda España se enseña.

Eso es lo que me duele: que haya políticas totalitarias de imposición de lenguas. øNo tuvimos bastante con la dictadura anterior?

¿Cree que hay persecución del castellano?

Pues sí. Fíjese en el pleito que tienen en Baleares. Han impuesto el catalán como lengua vehicular de la enseñanza y tratan de imponérselo también a las compañías aéreas que aterrizan allí.

¿Y le parece grave?

Es grave que no se respete la libertad de elegir la lengua en que se quiere aprender. Y es grave que los resortes lingüísticos que vienen dados de forma natural se intenten torcer.


¿Por qué?
Porque la lengua seguirá existiendo, pero quizás no resista la mente del niño.

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