Esta semana ha cumplido 80 años en el Cortijo Las Monjas, en Ronda, donde pasa el confinamiento. Es una de las herederas de Fiat y una de las últimas representantes de una época de esplendor cosmopolita. Se casó a los 15 años, en Venecia, con el príncipe Alfonso Hohenlohe. Próximamente presentará en España, en la sede sevillana de la Fundación Cajasol, su último libro biográfico Ira, editado por Happer Collins y escrito por Nick Foulkes. Su gran pasión son los diseños de objetos, que expone en el mundo entero.

–Virginia Carolina Theresa Pancrazi Galinda von und zu Fürstenberg, ¿por qué Ira?

–Mi padre tenía una hermana que murió muy joven, con 18 años, que se llamaba Ira por su madrina rusa, la duquesa Aniakoff. Yo, al ser la primera hija de la familia me pusieron el nombre de Ira, que es un nombre ruso.

–¿Cómo se definiría? ¿Princesa, actriz, madre, celebrity, diseñadora, creativa, trotamundos, cosmopolita?

– Soy un ser diferente cada día, con facetas múltiples. No soy banal, más bien me considero alternativa.

–¿Usted por qué es princesa? ¿Quiénes fueron sus padres?

–Mi padre era un príncipe alemán medio austriaco, de esas familias que pertenecían a un principado y tenía derecho al título, en su caso el del principado de Fürstenberg, como el principado de Mónaco o de Liechtenstein. Y mi madre, Clara Agnelli, era nieta del senador Agnelli, que fue el fundador de la Fiat. Mi madre era la hija de su hijo mayor y al fallecer su padre joven, su abuelo la educó y fue como una hija para él, siendo su padrino de boda.

–¿Cómo conoce a su marido el príncipe Alfonso de Hohenlohe, que es el que la hace descubrir España?

–Lo conocí con 14 años en la boda de su mejor amigo, en el castillo Donaueschingen de los Fürstenberg, a orilla del Danubio. Cuando me vio, me dijo que se iba a casar conmigo y me casé al año siguiente, con 15 años, en Venecia.

–Tuvo dos hijos, Kiko y Hubertus Hohenlohe. Háblenos de su papel y de sus hijos.

–No fui una gran madre, pues tenía en esa época una vida muy complicada enMéxico. Alfonso no estaba mucho y pasaba bastante tiempo sola y me tenía que ocupar de ellos sola y hubo muchos líos. Alfonso se quedó con ellos, cuando tenían 5 y 3 años. No he sido una madre maravillosa, pero cada uno con su destino... Kiko era simpático, alegre y amigo de todo el mundo y Hubertus es artista, creativo, pop y con mucho humor.

–¿Quién fue su segundo marido, del que también se divorció? ¿Por qué nunca más rehizo su vida?

–Mi segundo marido fue Baby Pignatari, un brasileño, pero no duró mucho el matrimonio. Y antes de cumplir los 25 años me divorcié por segunda vez. Con dos matrimonios sin haber cumplido 25 años, me di cuenta que no tenia vocación de casada.

–Su último retrato biográfico está escrito por Nick Foulkes y está publicado por Happer Collins. Se presentará próximamente en Sevilla, en la Fundación Cajasol. ¿Cuáles son los momentos estelares que resaltaría?

–Un poco todos. Es un libro con fotos y recuerdos que dejo para cuando ya no esté. Uno de los momento más estelares, después de estar dos veces casada, fue la época de las películas y los años vividos en París, donde había un gran grupo de amigos. En esa época, el glamour se vivía en su esplendor.

–Una de sus pasiones son los objetos que crea y diseña. Háblenos de ello.

–Los objetos son mi gran pasión y es lo que me mantiene con ilusión. Para sus diseños, utilizo materiales como el pórfido, el cristal de roca o el cristal de coral. Para crearlos, realizo viajes por Sudamérica, Brasil, Egipto y Madagascar.

–Usted ha conocido a reyes, presidentes, artistas, pintores, intelectuales, ¿Cuáles son las personas que más le han marcado en su vida?

–Los actores son los más divertidos, los artistas, los más interesantes y los políticos, los más entretenidos. Los artistas siempre me han parecido muy interesantes de tratar, son los que más te enseñan. Entre los que he conocido destacaría a Claudio Bravo, Fernando Botero o Alberto Burri.

–¿Ha vivido alguna vez una situación tan difícil como ésta que estamos viviendo del coronavirus?

–La época de la guerra, creo, pero era muy pequeña. Sin embargo, uno de los momentos más difíciles y tristes en mi vida fue la muerte de mi hijo Kiko.

–¿Qué espera de la vida?

–A esta edad , salud y cosas que no me compliquen la vida, cosas fáciles.