El Puerto

Otra veterana que echa el cierre

  • La tienda de decoración Galsa, ubicada en la calle Larga desde los años 70, cerrará definitivamente el próximo 29 de septiembre

Un cartel anuncia el cierre de la tienda para el próximo sábado, 29 de septiembre.

Un cartel anuncia el cierre de la tienda para el próximo sábado, 29 de septiembre. / d.c.

El cierre de comercios en el centro no cesa, y el último ejemplo es el de la tienda de decoración Galsa, ubicada en plena calle Larga, en un tramo muy castigado por la falta de potenciales clientes que arrastra el casco histórico.

Este veterano comercio inició su actividad en los años 70 del pasado siglo, de la mano del empresario Pedro Galván. María, su actual propietaria, trabaja en la tienda desde hace nada menos que 37 años y cuando el anterior dueño se jubiló, ella decidió quedarse al frente.

Asegura que después de 17 años sacando el comercio adelante como autónoma, con un gran esfuerzo todos los días, ha tenido que tomar esta decisión porque mantenerlo abierto le estaba costando el dinero.

María recuerda cómo era la calle Larga cuando ella empezó a trabajar en Galsa y lo compara con lo que es hoy, con numerosos locales cerrados y muy poca vida comercial. De tanto en tanto abre un nuevo negocio, como un pequeño supermercado que acaba de abrir sus puertas en este mismo tramo, aunque las posibilidades de éxito son complicadas debido a la ya tan repetida causa del despoblamiento del centro.

En estos días la dueña de Galsa atiende a sus últimos clientes. Está liquidando la tienda y cada venta es una conversación en la que la tristeza por el estado del centro queda patente. Los clientes también recuerdan esos tiempos mejores de la calle Larga, en la que bullía la vida y había numerosos comercios florecientes.

La culpa de la situación actual no la tiene solo el Ayuntamiento, considera esta empresaria, sino que los portuenses también llevamos en ello nuestra parte de responsabilidad, por haber dejado agonizar un casco antiguo que hace algunas décadas era la envidia de muchas poblaciones de los alrededores.

El éxodo a las afueras, las malas decisiones políticas, las trabas puestas durante muchos años a quienes querían prosperar en el centro instalándose en alguna de las muchas fincas antiguas... todo ha ido sumando para que hoy por hoy sobrevivir en el centro sea una proeza para muchos comerciantes.

A partir de la semana que viene habrá un nuevo local vacío en este tramo de la calle Larga. Una nueva oportunidad perdida para que el centro tenga vida.

Dos señoras que entran a la tienda en busca de papel adhesivo se suman a la conversación y recuerdan también aquellos buenos tiempos del centro. "Esto ya no levantará cabeza", dice una de ellas, pesimista, mientras que la otra le echa las culpas a la profusión de grandes cadenas que se han instalado en los centros comerciales.

María, por su parte, asegura que echará de menos acudir cada día al centro de la ciudad, una zona donde ha transcurrido buena parte de su vida y en la que confía que algún día la vida vuelva a abrirse paso.

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