Un rincón muy especial donde saborear Logroño

Tres hermanos con gran experiencia en la hostelería están al frente de esta caseta

Una vista del exterior de la caseta de Logroño, muy cerca de la caseta municipal.
Julia Alarcón El Puerto

26 de abril 2013 - 01:00

Las primeras impresiones a veces engañan. Y cuánto. Hay una caseta en el recinto de Las Banderas que, a simple vista, parece una más. Buen ambiente, sevillanas de fondo, un grupo de mujeres que se arranca a bailar mientras que otras las acompañan con palmas sentadas en torno a una mesa de madera plegable... Una estampa clásica de feria. De repente, una comanda desde la cocina rompe la tipicidad del ambiente: "Una de caparrones". ¿Caparrones? Pues sí, efectivamente, caparrones, un plato típico de Logroño elaborado a partir de alubias de Anguiano, aderezadas con chorizo, tocino y guindilla. Ahí queda eso. Se despejan así las dudas. Estamos en la caseta de Logroño, instalada en Las Banderas para ofrecer a portuenses y visitantes lo mejor de su gastronomía aprovechando que esta edición de la feria está dedicada a La Rioja.

La otra gran especialidad de esta casa es el picadillo, "no tal y como lo entendéis aquí, sino otro hecho con carne picada y pimentón dulce o picante", señala Silvia Arechinolaza, una de las responsables de la caseta.

No está sola en esta faena. La acompañan sus dos hermanos, Diego y Pilar, en barra y cocina. Los tres regentan un negocio familiar en Logroño, el Cachetero Tapas Bar, en cuyos fogones han confluido ya los guisos de cuatro generaciones diferentes. "Mi madre nos transmitió el amor por la cocina desde siempre", afirma Silvia, orgullosa de haber heredado el toque culinario materno.

Como no podía ser de otra forma, todo tipo de riojas están a disposición del comensal en esta caseta. "Hay vinos de las 9 bodegas de Logroño aunque también contamos con otros de la comunidad gracias a la colaboración del Consejo Regulador", aserta Diego, quien además se muestra tajante en lo que a la cata se refiere: "Aquí todo se sirve en copa de cristal. Me niego a servir en plástico. Antes prefiero beber a morro".

En materia de decoración, las paredes de color tinto -de qué color si no- están repletas de cuadros de la ciudad. A la entrada, hay stand donde aquel que lo desee puede obtener todo tipo de información turística de. Y en la fachada, un cartel que reclama a gritos: Saborea Logroño.

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