El Alambique
Manolo Morillo
El trompeta
El pasado jueves, 18 de diciembre, se celebraba el Día Internacional del Migrante y al hilo de esta efeméride es buen momento para conocer un poco mejor a una de las ONGs que trabajan en El Puerto, la Red de Acogida de El Puerto.
La entidad lleva ya seis años funcionando pero acaba de elegir nueva junta directiva, encabezada por la reelegida presidenta, Lola Barberán, y con Pelayo García como secretario; Vicente González como tesorero; y las vocales Mili de la Cruz y Mari Paz Castro.
La asociación nació en 2018 ante la necesidad de prestar atención a los chicos migrantes menores de edad que, al llegar a los 18 años, se quedaban literalmente en la calle, ya que tenían que abandonar los centros de acogida al llegar la mayoría de edad, sin ninguna documentación y sin las más mínimas herramientas para poder trabajar.
Un grupo de personas con inquietudes sociales y experiencia en el voluntariado decidió hacer algo para aliviar esta situación, creándose entonces la Red de Acogida, que al principio comenzó a funcionar alojando a algunos de estos jóvenes en domicilios particulares, y posteriormente en pisos de alquiler.
No fue hasta el año 2021 cuando se produjo la reforma del reglamento de extranjería y se modificó la normativa para los extutelados, de manera que ya pueden trabajar al salir de los centros una vez cumplen los 18 años, algo muy difícil si no cuentan con la ayuda de alguna entidad.
En estos seis años de andadura la asociación ha llegado a tener hasta 20 chicos bajo su protección, aunque todo se torció con la llegada de la pandemia, en 2020, ya que muchas de las familias de acogida dieron un paso atrás.
La Red de Acogida de El Puerto no tiene ninguna subvención de la administración pública y funciona exclusivamente gracias a las cuotas que aportan sus 103 socios.
Otros problemas como el aumento de los precios de los alquileres y la imposibilidad de contratar a personal de apoyo para los pisos obligó a cambiar el modelo habitacional, y en estos momentos son los propios chavales los que buscan habitaciones en las que alojarse, pagádolas ellos mismos si trabajan y en caso contrario, a cargo de la asociación.
Uno de los chicos integrados en la Red de Acogida, Abdelwahid, con solo 20 años, cuenta el gran apoyo que le ha prestado la Red de Acogida desde que recaló en El Puerto tras haber llegado en patera desde Marruecos hasta Fuerteventura, después de que su familia pagara 3.000 euros por el pasaje. Abdelwahid ha recibido algún curso de hostelería y ha trabajado en algunos restaurantes portuenses, pero su próximo objetivo es terminar la ESO en el centro de adultos La Arboleda Perdida, donde está matriculado, para cursar después el Bachillerato y poder encontrar un trabajo más estable.
El chico relata cómo en las zonas rurales de Marruecos, donde los jóvenes no tienen un futuro más allá de trabajar en el campo, muchas familias deciden enviar a sus hijos a España atraídos por lo que ven en las redes sociales, una vida llena de comodidades que cuando llegan no es tal, al menos para ellos.
Otro de los cinco chicos que actualmente se integran en la Red, Mohamed, de 29 años, asegura que “en España hay mucha humanidad, es el mejor país del mundo”, y cuenta algunas de sus experiencias laborales en estos últimos años, trabajando en el mantenimiento de vías férreras en distintos puntos del país, siempre con el respaldo de la Red de Acogida. La entrada de Mohamed en España fue saltando la valla de Melilla, y tras varios fracasos terminó llegando a España como polizón en un barco.
En estos seis años de funcionamiento la Red ha ayudado a regularizar la situacion de 75 jóvenes, algunos en dos ocasiones, porque los papeles les duran dos años y después hay que renovarlos.
Sobre los integrantes de la red, los dos jóvenes no tienen más que buenas palabras: “Son muy buenas personas, nos tratan como a hijos”, afirman, y es que como dice Pelayo García, “cuando nuestros hijos cumplen 18 años no los echamos a la calle”, en referencia a la norma que dejaba a estos chicos totalmente indefensos y sin recursos al cumplir la mayoría de edad.
La Red de Acogida de El Puerto trabaja también en coordinación con otras entidades de toda la provincia, como Afasode en Chiclana, Movimiento por la Paz o La Vicuña en El Puerto, tejiendo lazos para poder seguir trabajando, la gran mayoría de las veces por delante de las administraciones y solucionando problemas que la burocracia eterniza. “Nuestra intención es seguir trabajando en esta línea, sabemos que nuestra labor es una gota de agua en un océano, pero es un trabajo que hay que hacer”, concluyen, y añaden que “somos como una familia. Si les tenemos que echar la bronca se la echamos, pero si nos necesitan aquí estamos para cualquier cosa”.
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