La circulación en coche ayer por el centro de la ciudad se convirtió e un suplicio, sobre todo por las molestias causadas por la lluvia, que a pesar de no ser tan copiosa como la del pasado jueves, sí llegó a caer con intensidad hacia las doce del mediodía.

Durante toda la mañana vías tan importantes para el tráfico urbano como la calle Larga quedaron colapsadas sin que se entendiera muy bien el motivo, ya que aparentemente no se había registrado nada fuera de lo normal, salvo la incidencia de la lluvia.

A pesar de que todos los partes meteorológicos seguían pronosticando lluvia para la jornada de ayer, la sorpresiva llegada del otoño pilló por sorpresa a muchos portuenses, que habían salido a la calle ataviados con ropas de verano y zapatos abiertos, lo que obligó a más de uno a refugiarse en algún comercio cercano en el momento en que cayó el gran chaparrón, un poco después del mediodía.

Con respecto a las alcantarillas y aliviaderos, tras la limpieza urgente de algunas de ellas realizada el día anterior, cuando sí hubo que solicitar la intervención de los Bomberos en algunos puntos de la ciudad, ayer la red de pluviales funcionó con normalidad, sin que se registraran incidencias dignas de mención, salvo las molestias sufridas por algunos conductores.

Apemsa, a través de su empresa concesionaria, Aqualia, lleva a cabo durante todo el año una limpieza periódica de los más de 15.000 imbornales y alcantarillas que hay en la ciudad. Para ello cuatro patrullas compuestas cada una por dos operarios y un vehículo se desplazan por todo El Puerto, de manera que cada imbornal se limpie, como mínimo, dos veces al año.