Iniciamos el domingo en la peña El Nitri, con un ambiente selecto de socios y público cabal. Actuación del coro de campanilleros de la peña El Chato de La Isla. Un grupo tradicional de la navidad indispensable en la cincuentenaria entidad flamenca, que actúa después de dos años debido a la pandemia del Covid.

La actuación en la peña El Nitri.

Coro con actuación típica gaditana al estilo del cancionero popular. En el intermedio se alarga con los típicos pestiños y el anís a los presentes,

De El Nitri nos vamos al Chumi, a la zambomba benéfica que ya es todo un clásico por la aportación de Victor Raposo y su gente a beneficio de Apadeni, Un elenco de artistas portuense y buenos aficionados al cante del panorama portuense. Al cante al estilo de zambomba jerezana con villancicos populares al compás de tangos flamencos y bulerías, con la participación del público por los bailes festeros al compás de bulerías esporádicamente.

La zambomba de la peña El Chumi.

Seguimos y nos marchamos a la federación vecinal, la Flave, que tuvieron la gentileza de ceder el local para una convivencia de los tres coros portuenses: Antaño, Cantarrana y Compartiendo Saberes (de Los Toruños). Completamente distinto a todo lo anterior, el cancionero de siempre, el de toda la vida: lo nuestro, lo tradicional. Los tres coros repartidos en medio círculo interpretando alternando canciones y un público familiar entregado, distinto y agradable. El público participando del repertorio con los grupos. Por fin llegó el momento en que escuché los instrumentos tradicionales al son de la botella de anís, pandereta, almirez, cántaro al golpe de la babucha o alpargata, castañuela, tabla de lavadero, al son de guitarra. Lo más tradicional de aquellas fiestas portuenses de los patios de vecino echando de menos la zambomba, el instrumento que da nombre a los festejos navideños, donde todo se compartía y así lo viví, con tanto entusiasmo que participé en ello. Cuando uno se siente a gusto e integrado, invita a participar y aporta, tocando las castañuelas y pegando un bailecito, entrada por salida.

La actuación de los coros en la sede de la Flave.

Me tenía que marchar hacia el plato fuerte de la jornada al Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca, al espectáculo de Antonio Puerto trabajado para la conmemoración de nuestro poeta universal y exiliado Rafael Alberti en el 120 aniversario de su nacimiento.

Presentan el acto el concejal David Calleja y la viuda del poeta, María Asunción Mateo, dejando reflejada una frase del poeta: “Lo mejor del Puerto, su gente”.

Suena el toque de guitarra, de Paco León, la percusión de Faes Ramos, cante de Wilo de El Puerto, Aroa Cala, al cuerpo de baile María Oreni, una bailaora recordada en mi inicio de juventud por su baile, donde ella era un fenómeno prometedor del panorama flamenco. Después de más de treinta años pude disfrutar.

Antonio del Puerto interpreta prosas del poeta, para interpretar alegrías de Cádiz con el baile de María alternado con el Wilo, un baile pausado del clásico flamenco de antaño, baile añejo con la característica que siempre tuvo y mantiene, ese baile salvaje de pellizco. Antonio Puerto canta por los medios tonos del cante, “se equivocaba la paloma”, sale Wilo de el Puerto con su buen cante. Aroa revienta por los altos del cante, como siempre entregada. María con un baile de mano sin abusar de pies pausado sentido, entrada por salida. Antonio sale interpretando, la pasión del poeta que amaba a la mar o la mar, por balada de tango. El toque de Paco León magistral que llevó solo todo el peso de la interpretación de toque demostrando el dominio de las cuerdas. Wilo por fandangos naturales, le siguen Antonio y Aroa (tres estilos de cante y a la vez tan distinto del saber interpretar). Soleá de Antonio con el baile de María, seguiriyas, malagueñas. Antonio coge un sombrero de Panamá, interpretando tangos argentinos, en alusión al exilio del poeta en argentina con su primera mujer Teresa León.

Aroa Cala, por petenera grande, entregada dando todo su saber del cante. El repertorio de lo detallado fue: Alegría, Háblame del mar marinero. Granaína, y Malagueña de el Mellizo, soleá de Cádiz y los Puertos, fandangos, con los poemas 'Canción 8' de Rafael Alberti.

Los tres en el escenario por tonás que se van alternando. Antonio se sienta dando nudillos en la mesa, interpreta tangos. Baila María, recita Antonio por tanguillos 'El tonto de Rafael'. Sigue en el escenario, terminando por sevillanas. Saliendo María Oreni en la cuarta bailando con mantón de manila, a su aire a su forma y maneras, terminó el espectáculo de artistas que levantaron y bailaron al poeta.

El elenco de artistas en el escenario se despidieron con palmas del público, al compás de bulerías, un espectáculo en donde se interpretó siguiriya, tango argentino, petenera, tonás, pregón con aire de tanguillo y sevillana. Todo dedicado al poeta universal y algunos temas de Antonio Puerto. Con muy buena puesta en escena con diversidad de opiniones, tres artistas y gusto para todos.