La asociación Nueva Bahía busca recursos para mantener su actividad

La asociación Nueva Bahía atraviesa uno de los momentos más difíciles económicamente desde que en el año 1997 fue fundada por el sacerdote jesuita Guillermo Arrenberg. La asociación está situada en la calle Cruces, en el mismo edificio que el comedor social de Sol y Vida, en una de las zonas más deprimidas de la ciudad, un lugar que está declarado Zona de Transformación Social por la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, y donde sus integrantes trabajan en el marco de un programa de prevención de la drogadicción. Ya en marzo de 2013, la entidad benéfica alertaba de las dificultades económicas que atravesaba, y desde aquella fecha las cosas no han mejorado, aunque la asociación ha conseguido mantener su actividad, no sin sacrificios y habiendo tenido que reducir algunos programas.

La entidad, que durante años estuvo presidida por Manuel Moreno, ha renovado su junta directiva, que ahora está formada por María Teresa Gómez Valero, como nueva presidenta; Pepa Lena, vicepresidenta; José Bononato, tesorero; Eloy López Bravo, secretario; y Fernando Ramírez, vocal de comunicación. La asociación sigue trabajando en tres campos prioritarios: formación, asistencia social y donación de ropa y utensilios. En el capítulo de formación es fundamental el trabajo que se realiza a través de Guadalinfo, un aula de informática y nuevas tecnologías destinada a reducir la brecha digital que existe entre los colectivos desfavorecidos y la ciudadanía en general. El aula imparte talleres y ayuda en la búsqueda de empleo a través de la administración electrónica. Además facilita el acceso a las nuevas tecnologías a colectivos de parados y otras asociaciones.

Además, la entidad benéfica ofrece cursos de cocina de forma puntual, corte y confección y talleres de geriatría.

El tercer pilar sobre el que basa su actividad esta ONG, la asistencia social para colectivos en riesgo de exclusión y personas sin techo, se ha visto mermado por la falta de recursos económicos para mantener a una trabajadora social, cuya labor era muy importante. Los voluntarios de la asociación no obstante siguen ayudando en gestiones de papeleo administrativo a desempleados y colectivos que lo requieren. Se mantiene además con el trabajo voluntario de los socios de Nueva Bahía el servicio de entrega de ropa usada a las personas que acuden para pedirla, aunque hace tiempo que se suprimió el servicio gratuito de lavandería que ofrecía la asociación.

La situación económica que atraviesa la entidad no da para muchas alegrías, de manera que tratar de mejorarla es el principal objetivo de la nueva junta directiva, que hace una petición de colaboración a la ciudadanía para poder continuar su labor, nuevos socios que contribuyan desde el punto de vista económico o material y voluntarios que colaboren prestando sus servicios de forma altruista.