El Puerto

Vandalismo reincidente

  • El Ayuntamiento ha gastado desde el año 2000 más de 50.000 euros en reparar las balaustradas del paseo fluvial José Luis Tejada, que han vuelto a ser objeto de destrozos, junto al mirador de Fuentebravía

Más de 50.000 euros ha tenido que destinar el Ayuntamiento desde el año 2000 para sufragar las sucesivas reparaciones a las que ha tenido que someterse la balaustrada del paseo fluvial José Luis Tejada, una de las víctimas favoritas de los vándalos que campan a sus anchas por la ciudad. En las últimas semanas el paseo ha vuelto de ser objeto de ataques salvajes y la barandilla, que había sido reparada por enésima vez hace unos meses, vuelve a mostrar signos de la violencia gratuita que emplean contra el patrimonio público algunos desaprensivos.

El concejal de Mantenimiento Urbano, Alfonso Candón, que junto a la edil de Medio Ambiente (Blanca Merino) es uno de los que más disgustos se lleva por causas relacionadas con los destrozos en el mobiliario urbano, se lamentaba estos días de la falta de valores que impulsa a los autores de estos ataques a cebarse con el patrimonio municipal, algo que reconoce que "trae de cabeza a los operarios municipales y al Ayuntamiento. Reparar todo este desaguisado obliga al Ayuntamiento a destinar miles de euros para labores extraordinarias de limpieza, mantenimiento, acondicionamiento o reposición de elementos deteriorados", se queja, señalando que la mayoría de estos ataques se produce por la noche, actuando "a hurtadillas" para evitar ser pillados in fraganti por la Policía Local.

En el caso del paseo José Luis Tejada, ya prácticamente desde su inauguración ha venido sufriendo daños y actos vandálicos, no solo en la balaustrada (que parece tener un atractivo especial para los gamberros) sino también en sus luminarias y el propio busto dedicado al poeta portuense. En el año 2001 se llevó a cabo una primera reparación importante, seguida de otra en el año 2004 y una más reciente en este mismo mandato municipal, aunque todo este dinero parece caer en saco roto, dado lo que tardan los gamberros en atacar de nuevo.

En el caso del mirador de Fuentebravía, construido en el año 98 por la empresa Sector Inmobiliario, desde su construcción ha sido una fuente de problemas, primero por las deficiencias que presentaba (que obligaron incluso a precintarlo temporalmente) y posteriormente por los ataques que ha venido sufriendo, el último de ellos hace pocas semanas. En este caso la rotura de la balaustrada supone incluso un peligro mayor, ya que la zona queda desprotegida y debido a su altura, supone un riesgo para los niños de la zona que suelen jugar por allí.

Prácticamente desde su construcción este mirador fue también objeto de ataques, algunos de ellos denunciados en su día por testigos, que aseguraban haber visto a grupos de jóvenes golpeando con bates de béisbol la balaustrada del mirador. En varias ocasiones la promotora y ahora la Policía Local han tenido que colocar vallas de protección en la zona, una imagen de la que ya están cansados vecinos y ciudadanos en general.

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