Valdelagrana para los perros en una sola palabra: ¡guau!

El parque de la Paz de Valdelagrana dedica desde el pasado 20 de mayo un espacio a los perros. El parque se abre a las diez de la mañana y cierra sus puertas a las diez de la noche.

Para que el parque funcione como es debido, los asiduos se acogen a la normativa que preside la entrada del recinto, que se resumen en no más de cinco puntos. En primer lugar solo pueden acceder a este espacio los perros que vayan acompañados por sus dueños que deben portar la documentación. Es imprescindible que los animales que frecuenten el parque estén sanos y para ello deben tener la cartilla veterinaria en orden. No podrán participar de este espacio los cachorros de menos de tres meses ni las perras en celo, por razones obvias de seguridad. Para evitar accidentes, los perros peligrosos o potencialmente peligrosos deben pasear atados y con mecanismos que garanticen la seguridad de los demás. Son muchos los que, desde su inauguración, visitan el parque cada día pues aquí, dicen, se sienten seguros de que sus animales estén tranquilos y pueden correr y jugar tanto con ellos como con otros perros. Los dueños se comprometen a cerrar la puerta de acceso para evitar que alguno se escape provocando una desgracia.

Patricia Ramos es una de las portuenses que visita el parque con frecuencia para pasear a su perro, Rizo, un pequeño labrador. Patricia adquirió a Rizo cuando era un cachorro y este parque le sirve para reunirle con su hermana Alai, que pertenece a una amiga suya.

"Cuando vas a menudo te das cuenta de que somos más o menos los mismos y sí, terminas conociendo a muchos de los demás dueños", comenta Patricia. Cuánto tiempo tiene el perro, cómo se adiestra para que haga tal o cual cosa o qué otros lugares frecuentan para pasearlos son los temas más comunes en el parque.

Además, el espacio inspira tranquilidad a los que lo frecuentan confiando en que el resto de personas que hay son cuidadosas y amantes de los animales. "Allí los dueños son respetuosos y tolerantes con los demás perros. No hay peligro de que les hagan nada porque a todos los que vamos con cierta frecuencia nos gustan muchos los perros", afirma. Rizo, al igual que el resto de los canes, juega y corre suelto por todo el parque bajo la atenta mirada de Patricia, que lejos de la preocupación que tiene cuando van a otros parques, en este se relaja y tiene la oportunidad de hablar con otros amantes de los animales.

Por su parte, la asociación Adóptalo organiza rutas guiadas con las mascotas por el Parque de los Toruños. Por dos euros de inscripción, dueños y perros tienen la oportunidad, durante todo el año, de realizar esta ruta por la playa y hacer una pequeña convivencia para integrar a sus mascotas en la vida familiar y cotidiana.