Gastronomía Estas son las tapas de atún rojo de almadraba que podrás probar en la Feria del Atún en Barbate

Crítica/'El inconveniente'

Teatro en El Puerto: Una casa con vistas a la sierra

Una imagen de la obra 'El inconveniente'.

Una imagen de la obra 'El inconveniente'. / Sergio Parra

Ficha técnica:

Título: El inconveniente (***)

Texto y dirección: Juan Carlos Rubio.

Intérpretes: Kiti Mánver, Cristóbal Suárez y Marta Velilla

Compañía: Talycual, Txalo y La Alegría

Diseño de escenografía: Juan Sanz

Diseño de vestuario: Pier Paolo Álvaro

Iluminación: José Manuel Guerra

Música: Miguel Linares

Lugar: Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca de El Puerto de Santa María.

Día: Sábado 11 de Noviembre de 2023

Aforo: Lleno.

Juan Carlos Rubio es un autor sobradamente conocido en El Puerto. Sobre las tablas de nuestro teatro municipal Pedro Muñoz Seca se han representado varias de sus obras. Recordemos funciones como Arizona, Humo, Las heridas del viento o 100 m2, obra esta última en la que se basa la que ahora hemos visto, El Inconveniente, que nos recuerda la obra maestra cinematográfica de Marco Ferreri y Rafael Azcona El Pisito.

El guión de El Inconveniente es suyo también y sobre él se ha realizado otra película, recientemente estrenada con éxito, del mismo titulo, que fue muy apreciada en el pasado Festival de Cine Español de Málaga y que esta semana que empieza veremos en televisión.

Autor también de la adaptación de la historia de la película al teatro, dirige esta obra teatral que protagoniza Kiti Mánver. El argumento nos presenta una historia sobre esa fórmula de venta de pisos que ahora realizan muchos mayores de 65 años por la que muchos de ellos que ya viven solos, venden su vivienda por un precio muy inferior al de mercado, a cambio de que puedan residir en su casa hasta el momento de su fallecimiento. Un negocio que, aparentemente, favorece a las dos partes pero que, luego, la vida se encarga de que esto no sea así.

Aquí la propietaria es Lola, una mujer mayor (pero no anciana), que interpreta, Kiti Mánver, mujer de carácter fuerte, a pesar de que ya tiene tocado el corazón que funciona ayudado por varios bypass, que le permiten no tener que renunciar a sus pequeños vicios, fumarse un cigarrillo de vez en cuando, tomarse unas copas o saborear sus dulces preferidos.

Su piso lo ha puesto en manos de una inmobiliaria y una de sus agentes más entusiastas, papel interpretado por Marta Velilla, joven y simpática agente inmobiliaria que salta con frecuencia de un empleo a otro, buscando y buscándose a sí misma, cambiando de profesión con la facilidad, cruza su vida con las de los otros dos personajes. Uno, Luis, el comprador, le parece demasiado guapo y serio, la otra, Lola, sin embargo, le encanta, porque la mujer sabe hacerse querer. Ofrecer la venta de un piso como el de Lola a un joven como Luis, que está atravesando una etapa delicada en la relación con su pareja con la que convive, es peligroso y poco seguro.

Luis (Cristóbal Suárez), acepta visitar el piso de Lola que le ofrece Marta y en muy poco tiempo, los dos, Luis y Lola, se ponen de acuerdo en el precio y conectan perfectamente en sus gustos y en la forma de entender la vida. A Luis siempre le gustó este barrio. Es una zona “bien” y él también se considera un chico “bien”, elegante, culto, deportista….. y de derechas.

El piso que le ofrece la agente inmobiliario reúne todas las características que él desea: bajo precio, amplitud, luz y unas hermosas vistas de la sierra. Tan solo presenta ese pequeño “inconveniente” de que la dueña del piso vivirá en él hasta el día de su fallecimiento. Luis decide dar el paso, comprar el piso y esperar. En realidad, piensa que no será demasiado largo el tiempo que tenga que esperar, dada la edad de la propietaria.

Entre ambos, Lola y Luis, tan distintos y tan parecidos en su soledad, surgirá una amistad plagada de risas, ternura, emoción y complicidad. La simpatía de Lola, por un lado, y las circunstancias personales de Luis, por otro, van a hacer que ambos se reúnan con frecuencia, haciéndose inesperadamente amigos. La forma de ser, la alegría de vivir y la vitalidad de esta mujer que está ya viviendo sus últimos años, sorprenden a ese joven de 39 años, con pareja, aunque ese piso con vistas a la sierra, le interesa , entre otras cosas, por si las cosas con su pareja, se torcieran.

La escenografía, esa casa burguesa montada con buen gusto, es de Juan Sanz; el vestuario lo ha diseñado Pier Paolo Álvaro; la iluminación, intimista la mayor parte de la función, es de José Manuel Guerra, y la música está compuesta por Miguel Linares.

La versión teatral que cavamos de ver puede considerarse la definitiva de esta historia que ya vinos en 100 m2 y en la película que se hizo sobre ella. Sin embargo no es una obra cómica aunque hace reír. En todas las versiones se mantiene la diferencia de edad entre la propietaria y el comprador y este es uno de los hallazgos de la obra.

Podríamos decir que es una obra inteligente para un público inteligente, amante del teatro sin demasiadas complicaciones, que le haga pasar un rato divertido pero que puedan entender la trama de la obra sin demasiado esfuerzo y que les haga sonreír y salir del teatro felices, sin embargo la obra es una fábula acerca de la condena a la soledad a la que se ven obligadas cada vez más personas mayores, fruto del aumento de la esperanza de vida y de la insuficiencia de las políticas de ayuda a la dependencia. Pero no es imprescindible estar solo para sentir soledad. Entre las dos formas de soledad, la de Lola, y la más soterrada de Luis, se establece un diálogo que culmina con un canto al perdón como alivio posible de las heridas sufridas que, cargadas de rencor, vamos acumulando a lo largo de la vida.

La obra encantó al numeroso público que acudió a verla y sobre todo la protagonista, Kiti Mánver, que recibió una larga ovación, junto a los otros dos personajes, al término de la función.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios