El Puerto

El Puerto se vuelve a ilusionar con su torero Daniel Crespo

  • El joven novillero explica en el ciclo Encuentros con la Prensa cómo encara su próxima alternativa

Daniel Crespo, ayer posando tras el almuerzo en el patio interior del restaurante Zaccaría.

Daniel Crespo, ayer posando tras el almuerzo en el patio interior del restaurante Zaccaría. / fernandez hortelano

Desde hace días no se habla de otra cosa en lo ambientes taurinos de la ciudad. Lleva meses preparándose para la ocasión. Entrena todas las tardes ya que, durante el verano, el calor de mediodía; pero hoy concretamente, Daniel Crespo ha cambiado su rutina para poder acudir a un nuevo Encuentro de la Prensa, celebrado en el bar-restaurante Zaccaría (calle Luna, 17), donde el novillero ha compartido con los periodistas un almuerzo donde ha hablado de su alternativa, que tendrá lugar el próximo sábado 4 de agosto en la Plaza de Toros de la ciudad.

Morante como padrino, Manzanares como testigo y toros de Núñez del Cuvillo. No es poca cosa. El cartel más esperado y fuerte de la temporada. No obstante, lejos de amedrentarse este novillero, natural de la ciudad, mantiene los pies en el suelo y aunque confiesa "haber soñado con este día toda su vida", también asegura que va a hacer "todo lo posible por disfrutarlo". "No tengo dudas de que va a ser un día que quede para mí, para mi gente. Hay que saborearlo", explica este joven de 24 años. No obstante, a pesar de su juventud, Crespo muestra una filosofía y una mentalidad muy fuerte, digna de admirar. A los toreros siempre se les ha tenido por gente supersticiosa y con pequeñas manías. Con él se rompió el molde. "No suelo ser supersticioso. Tengo costumbres, pero no manías. Creo que eso lo único que hace es distraer. Prefiero estar más pendiente de lo que verdaderamente tengo que estar". Quizás esta mentalidad sea el resultado del tiempo que pasó tras con el ya fallecido Antonio Corbacho, apoderado muy conocido mediáticamente por ser el creador de José Tomás. "Antonio Corbacho me enseñó mucho a mentalizarme. Era muy duro, porque me enseño a despreciar la vida delante de un animal", recuerda Crespo. "Me hizo pruebas muy duras. Pero aquí uno sabe lo que puede perder, y lo que puede ganar. Uno es libre de decidir. Si estoy aquí en esto es porque soy capaz de darlo todo por lo que quiero".

Desde muy pequeño lo tuvo claro. La afición le viene de familia. Su abuelo era abonado y su padre trabajaba en la taquilla de la plaza. Con sólo 10 años, tras ver a Morante en una faena que lidió en la ciudad, ya lo tuvo claro. La Escuela Municipal de Tauromaquia de Jerez lo vio crecer. Debutó con picadores en Candeleda (Ávila) en 2013, y en Las Ventas ya han visto su toreo . "Allí no perdonan ni un pase. Es duro", explica Crespo en referencia al coso madrileño. "Pero cuando lo haces bien, ninguna plaza suena igual de bien que esa". Su próxima cita le espera. Ahora la Plaza de Toros espera aletargada a que llegue este nuevo torero que devuelva a la ciudad sus tardes de gloria taurina. El Puerto se vuelve a ilusionar con Daniel Crespo.

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