Un suceso ocurrido en 1878, el naufragio del barco que transportaba desde Bruselas los elementos de forja que iba a lucir la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María, ha servido al cabo de los años para relanzar el gran anfiteatro portuense. La Real Plaza de Toros vive este fin de semana su puesta de largo, después de las ambiciosas obras de reforma realizadas en el edificio, que se han dividido en tres fases y que han supuesto la recuperación del estilo original que debió tener el monumento de no haber naufragado aquel barco, y que el arquitecto redactor del proyecto, José Carlos Galán, califica de "protomodernista", donde se recuperan los antiguos forjados de colores que nunca llegaron a instalarse en sus tendidos, pero cuyo diseño se ha copiado de unos antiguos planos hallados en Bodegas Osborne. La ornamentación propia de la denominada "arquitectura del hierro en el tendido", del siglo XIX, romántica y modernista, encuentra actualmente su máximo exponente en España en este monumento portuense. Las obras se iniciaron en agosto de 2015 y su finalización estaba prevista para diciembre pasado, pero finalmente han sido recepcionadas por el Ayuntamiento este lunes, 31 de mayo, con un retraso de cinco meses sobre lo estimado inicialmente, debido a la complejidad de la intervención en un edificio histórico de estas características, donde conforme se ha ido avanzando han surgido imprevistos, lo que supondrá un coste añadido para el Ayuntamiento de 192.000 euros. El grueso de la intervención, no obstante, se abonará con fondos europeos, a través de una subvención de 1.100.000 euros canalizada a través del Instituto de Empleo y Desarrollo Socioeconómico y Tecnológico (IEDT) de la Diputación Provincial de Cádiz.

El edificio fue visitado ayer por el alcalde de El Puerto, David de la Encina; el concejal de Turismo y Plaza de Toros, Ángel Quintana; la concejala de Mantenimiento Urbano y presidenta de la Comisión del Seguimiento de las obras, Carmen Ojeda; y la diputada provincial de Empleo, Ana Belén Carrera, que estuvieron acompañados por los arquitectos directores del proyecto y los representantes de la empresa constructora Iniciativa para la Construcción y Obra Civil S.L., que ha ejecutado las obras.

Una de las principales consecuencia de esta reforma es que el edificio ha quedado acondicionado no sólo para usos taurinos, sino también culturales y turísticos, con lo que se puede afirmar que a su renovada imagen se añade una nueva etapa en su más que centenaria historia, en la que se podrá aprovechar durante todo el año para un abanico más amplio de espectáculos y eventos.

A lo largo de este fin de semana, desde ayer jueves y hasta el domingo, se han organizado unas jornadas de puertas abiertas, en las que los visitantes se encontrarán con una Plaza de Toros desconocida hasta la fecha. Desde la puerta principal, se ha diseñado un recorrido turístico y cultural por las entrañas de este anfiteatro. En dicho recorrido, se podrá conocer la capilla restaurada, con su altar neoclásico; la sala de diestros y la zona de enfermería, con sala de diagnóstico e incluso quirófano y que para seguridad de los toreros y protagonistas de la fiesta brava podrá quedar precintado para que pueda acceder de forma directa una ambulancia en los casos urgentes. También, ya en un plano turístico, se ha habilitado una sala de audiovisuales para explicar la historia de la Plaza Real, así como dos grandes vestuarios o camerinos para que artistas que acudan a ofrecer sus espectáculos puedan prepararse para salir a escena en eventos no taurinos, como por ejemplo los conciertos ya programados para este verano, de Manuel Carrasco, Noche de Rock Andaluz, Antonio José y El Barrio. La pieza fuerte de este Centro de Interpretación en que ha sido transformada la Plaza de Toros, es el Museo Taurino, que ocupa cuatro bodegones (4, 5, 6 y 7), que deberá dotar de contenido la empresa concesionaria, Equiltauro y Tomás Entero, y que tendrá entrada directa desde la calle. En el museo taurino destaca su imagen moderna, que se combina con el trabajo artesano realizado en los arcos y bóvedas al dejar al descubierto los adobes originales. Ya en la planta alta del edificio se han reformado el Palco Real y el Palco de Autoridades, devolviéndoles su antiguo diseño, rematado por el escudo de la ciudad de la Primera República.

Todo el remozado interior de las dependencias en torno al pasillo del coso, supervisada por el arquitecto municipal Humberto Jiménez, ofrece ahora una imagen homogénea al haberse dejado al descubierto el ladrillo antiguo y la piedra de los arcos, bóvedas y dinteles; en el exterior del edificio se ha renovado la cantería y la azulejería, predominando en la forja de hierro de las gradas y del Palco Real y el de Autoridades, los colores blanco, verde, rojo y azul intensos. De esta forma se podrá disfrutar por un lado de los espectáculos taurinos y los días de concierto se verá una plaza más adecuada a los nuevos usos, contando además con museo y sala de interpretación del edificio.

Tal como subrayó el arquitecto, no se ha trabajado en todo el edificio, de manera que tras la adaptación de la Real Plaza de Toros como Centro de Interpretación, el concesionario deberá realizar los trabajos de reposición de maderas en los burladeros y puesta a punto del ruedo, habituales al comienzo de la temporada taurina.

En cuanto a los carteles taurinos de la temporada, hasta el 20 de junio podrá presentarlos el concesionario, contando el Ayuntamiento con 5 días para su aprobación. La inauguración oficial de la Plaza de Toros de El Puerto, tras estos diez meses de obras, será el 24 de julio, con un evento taurino. El Ayuntamiento ha invitado a la Casa Real y está a la espera de respuesta. El traspaso del edificio al concesionario será el próximo lunes, día 6, a las 10 de la mañana en el Ayuntamiento.