Juego de 'scape room' en El Puerto

Crítica de Teatro/Gente encerrada en sitios

El portuense Jesús Lavi jugó en casa con la representación del sábado en el teatro Pedro Muñoz Seca

Una imagen de la obra 'Gente encerrada en sitios'.
Una imagen de la obra 'Gente encerrada en sitios'.
Jesús Almendros Fernández

13 de febrero 2022 - 13:09

El Puerto/Luis Enrique Montero ha escrito una obra de teatro para divertimento del público. Nada que ver con las dos representaciones anteriores del Ciclo de Invierno 2022 que nos está ofreciendo la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento este año. Siguiendo el esquema de los juegos de los scape room, de los cuales ya hemos visto y participado de unos cuantos en El Puerto, ha construido una historia en la que nos presenta una serie de situaciones sin conexión entre sí, en las que los protagonistas se ven encerrados en contra de su voluntad y nosotros lo que vemos es la forma en que reaccionan.

La gran diferencia con los scape rooms que conocemos es que en unos el encierro es voluntario y en los otros no. Una pieza cómica, fresca y divertida que no deja indiferente a nadie y nos hace reír durante una hora y 15 minutos, que es lo que dura la función, de la realidad actual.

Las situaciones y los personajes, no los actores, se renuevan y reaccionan de formas muy diferentes creando situaciones graciosas, unas más que otras, en las que podemos ver la forma de ver las cosas de cada uno de ellos creando una atmósfera muy divertida y de gran movilidad.

Es importante la forma en que el equipo técnico aborda la función, en la que lo que realmente importa son las situaciones y los diálogos con una acertada dirección técnica e iluminación a cargo de Iván Belinzón, una escenografía y vestuario de Oniria Teatro y una composición musical de Milo Giraldo.

A lo largo de la función, versión absurda del confinamiento al que hemos estado sometidos, se nos ayuda a huir de la tristeza que nos deja a diario esta famosa y odiada pandemia y queda de manifiesto que el interés que persigue el autor no es otro que el de conseguir que el público se olvide de los problemas que pueda tener o que le obligan a ver día tras día en la televisión y se divierta, y si consigue que además se rían, como efectivamente ocurre, mejor que mejor, pero hay que admitir que no sigue el camino mas fácil y se preocupa de hacer que todo parezca normal y acorde a lo que fuera del teatro vemos cada día en la calle, en el cine o en la televisión. Así, en los diálogos de los personajes o en las situaciones en las que los sitúa no pierde la ocasión de hacer comentarios sexistas, feministas o políticos, pero sin ánimo de criticar ni ofender a los personajes reales que los de la función nos pueden recordar.

La actriz Colette Casas y el actor portuense Jesús Lavi, personajes principales de la función, se veía que interpretaban con gusto su trabajo y que lo habían preparado a conciencia, logrando que su permanente desacuerdo, en un ir y venir, entrar y salir, consiga meterse al público en el bolsillo, con diálogos muy acertados del autor, poniendo a prueba sus instintos, sus habilidades y su paciencia.

Esta alocada propuesta que presenta la joven compañía nos lleva de la mano por todo tipo de situaciones de encierro en distintos escenarios. Tiroteos y hasta invasiones extraterrestres, en la función no falta de nada, pero todo es amable y gracioso.

Las circunstancias y las razones de los encierros pueden ser muy diferentes y dispares pero en todos los casos mantienen la atención del público, por extrañas y absurdas que sean las razones de esos encierros, la postura de cada uno de ellos, las antipatías o simpatías de los personajes son tomadas como lógicas y naturales por parte del público que toma partido por uno u otro pero que al final se divierte, que es lo que se persigue.

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