La Fundación La Vicuña participa desde el Grupo de Desarrollo Rural Campiña de Jerez y Costa Noroeste en la iniciativa Terralimenta, una oportunidad para fortalecer la agricultura de interés social, y darle su lugar al Huerto Solidario de dicha fundación.

Terralimenta implica una transición hacia los denominados Sistemas Agroalimentarios Territorializados (SAT), un conjunto de ramas agroalimentarias conformes a criterios de desarrollo sostenible, localizadas en un espacio geográfico regional y coordinadas para una gobernanza territorial, lo que enlaza con la forma de producción que promueve de La Vicuña desde hace años en El Puerto de Santa María.

Con su adscripción a Terralimenta, La Vicuña su suma a la transición hacia una agricultura y una comercialización sostenible, para acelerarla y promoverla, "facilitando que la sociedad se haga partícipe de una alimentación necesariamente democrática, solidaria y agroecológica". El enfoque de esta iniciativa es global, ya que entiende que los impactos ecológicos, económicos, sociales y nutricionales de la alimentación, desde la producción al consumo, son interdependientes. Por lo tanto, la transición hacia una alimentación sostenible "exige actuar en diferentes niveles de manera simultánea".

Terrenos en producción de la fundación, gestionados con criterio social, ecológico y sostenible.

La Vicuña entiende que es "el momento de reflexionar en torno a un nuevo enfoque de la producción de alimentos, así como su comercialización y consumo, en la hay que preguntar si se prefiere un modelo de producción agraria diversa y conectada con el territorio, que prime la sostenibilidad y el medio ambiente, garantizando el acceso universal a una alimentación local, abundante y variada, y donde se refuerce el vínculo entre la producción agraria, la industria y los habitantes del medio rural".

La Fundación Daniel y Nina Carasso y Red2Red han respondido de manera afirmativa a estas cuestiones y proponen "un modelo de trabajo que implique la transición hacia los SAT que conecten todas estas esferas". La Fundación La Vicuña, por su parte, se ha sumado también al innovador programa Terralimenta, "desde el convencimiento de que es posible alcanzar un modelo de producción agraria diversa y conectada con el territorio".

El objetivo de Terralimenta es ayudar a los Grupos de Acción Local (GAL) a detectar y dinamizar a los agentes de sus territorios interesados en este enfoque. A partir de ahí, se establece una hoja de ruta común que les permita posicionarse "para impulsar la alimentación sostenible, con el diseño de Estrategias de Desarrollo Participativo y acciones alineadas con los retos del presente, en un marco más amplio como son los Fondos de Recuperación y Resiliencia o el esquema de trabajo del Pacto Verde Europeo para la integración de los objetivos de la estrategia 'De la Granja a la Mesa'".

Esta original idea proviene de la organización francesa Resolis, que lleva años trabajando en los Sistemas Alimentarios Territorializados y ha identificado 100 iniciativas de alimentación local y sostenible en distintos países.

En España, esta red la forman 253 GAL repartidos por todas las comunidades autónomas. Algunos de estos grupos cuentan con una trayectoria de trabajo de más de 30 años, "y han atesorado una gran experiencia y conocimiento del territorio donde trabajan, aglutinando los distintos intereses y visiones de sus comarcas o regiones y conocen mejor que nadie sus necesidades". En el entorno más cercano, este papel es desempeñado por el Grupo de Desarrollo Local Campiña de Jerez y Costa Noroeste de Cádiz.