Rafael Martínez-Cañavate Alarcón lleva pintando más de 25 años. Ha expuesto tanto individual como colectivamente en varias ocasiones. Su obra es de amplio espectro de motivos, abundando los cuadros costumbristas, las marinas y bodegones, aunque en esta fase de madurez su interés se ha centrado en el retrato y la figura humana.

En esta ocasión nos ofrece 20 nuevos trabajos, sorprendiendo a los que ya conocíamos su obra. Reconoce que intenta pintar todos los días en su espacio de tiempo libre. También, que observa a diario a los pintores contemporáneos de nuestra época, utilizando las redes sociales y visitando exposiciones siempre que puede. De esta continua investigación empieza a dejarse influir, encontrando su camino, el cual dice estar en continua evolución pictórica.

En los cuadros que pueden disfrutarse en la exposición el pintor recupera la autonomía de la materia pictórica, plasmada en los Chorreones título de la exposición, y en la soltura de los pinceles, que ya avanzara en su tiempo Tiziano, El Greco, Manet..., para rescatar en el retrato la sencillez del tiempo, el momento en el que, ausentes de la realidad vertiginosa, nos mostramos nosotros mismos, en un instante evadido y simplemente sencillo. La pintura puede captar esa sensación íntima, el interior de la persona custodiada por su envolvente, su imagen, lo que vemos de ella. En estos cuadros el pintor es capaz, transcendiendo la imagen, de capturar ese estar con uno mismo, en un momento íntimo en lo cotidiano, de las personas apreciadas de su entorno más cercano, en una reflexión psicológica, bebiendo en las fuentes de Lucian Freud y Francis Bacon.

La exposición puede visitarse en la Casa de La Gobernadora, en la calle Larga 70. Simultáneamente, además de esta exposición, también lo hará a partir del 2 de febrero en el Pub Le Petit, situado en la calle Ganado 7, con las obras que le permite ese pequeño espacio, insertadas en la variante más húmeda de su temática portuense, con la exposición titulada Mi húmedo Puerto de Santa María.