Ya han comenzado las obras para la construcción de viviendas en el solar del antiguo Palacio Winthuyssen, entre las calles Larga, Espíritu Santo y Albareda.

Desde primera hora de la mañana de ayer una excavadora retiraba restos de vegetación y despejaba el terreno de la finca en la que se levantarán un total de 38 viviendas, con piscina y 42 plazas de garaje.

Durante los meses anteriores la promotora de los trabajos ha estado comercializando la nueva promoción, muchos de cuyos compradores son familias residentes fuera de la ciudad que realizan su inversión en una segunda vivienda.

La inversión prevista para esta nueva promoción es de tres millones de euros aproximadamente, con un plazo de ejecución estimado en 24 meses.

La promotora de las obras Propco Orange SLU, que cuenta con licencia de obras desde el pasado mes de junio, se ha acogido a la bonificación del Impuesto de Construcciones (ISCIO) prevista en la ordenanza municipal para ayudas tanto en obras de rehabilitación de edificios preexistentes como de edificación de nueva planta en el casco histórico, creada precisamente para fomentar este tipo de intervenciones que conllevan la recuperación del centro urbano.

Esta parcela, que suma casi una manzana completa merced a la incorporación al antiguo Palacio de la calle Larga de varias fincas anexas más, lleva más de dos décadas a la espera de que cuajara alguno de los proyectos proyectados por sus sucesivos propietarios, primero el grupo Jale, que quiso construir allí un hotel, y después otras empresas que barajaron levantar, entre otras cosas, también un hotel y después un geriátrico, planes que se frustraron por la crisis económica y el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Esta antigua casa palacio de la calle Larga pasó además la friolera de catorce años con un andamio que cubría su fachada, impidiendo el paso por la acera a los ciudadanos, que desde 2002 cuando se tomó esta medida no podían pasar por delante del edificio, por miedo a los desprendimientos de cascotes.

No fue hasta el año 2016 cuando se obligó a la propiedad a consolidar la fachada del inmueble y se pudo retirar, por fin, el enorme andamio que tapaba el edificio.Las obras que ahora comienzan se inician una vez ya aprobado el Plan Especial de Protección del Casco Histórico, el ansiado Peprichye, que si bien no cuenta aún con todas las herramientas previstas en marcha está siendo sin duda un aliciente para que los promotores se animen a acometer sus proyectos, como ocurre también en la céntrica finca de Larga 35, un edificio que estuvo ocupado durante muchos años y en la que ahora se anuncia también la próxima construcción de viviendas.