Festividad del Patrón de los Animales

Cientos de personas llevan a sus mascotas al pinar de Las Dunas de El Puerto para recibir la bendición

  • La recuperación de la romería de San Antón supera las expectativas previstas, aunque sin llegar a alcanzar la asistencia anterior a la pandemia

El paso de la carreta con el santo abrió la bendición de los animales por el sacerdote Juan Félix Ruiz Lama en Las Dunas.

El paso de la carreta con el santo abrió la bendición de los animales por el sacerdote Juan Félix Ruiz Lama en Las Dunas. / D. C.

Cientos de personas se han dado cita durante la jornada de este domingo para conmemorar el Día de San Antón, patrón de los animales. Mascotas a las que "sólo les falta hablar", tal como manifestó en su homilía el sacerdote Juan Félix Ruiz Lama, párroco de San Joaquín, quien no dejó pasar la ocasión durante la misa para ilustrar con algunos ejemplos la nobleza de los animales e instar a todos los asistentes a respetarlos y cuidarlos.

Aunque los organizadores del evento, en especial la asociación de vecinos del Pago de la Alhaja, habían mostrado su preocupación de que el público no se animase a asistir al pinar de las Dunas de San Antón para participar en la tradicional romería, que en 2021 no se pudo celebrar por la pandemia, finalmente ese temor no se hizo realidad y un gran número de portuenses y foráneos de todas las edades, en especial un público familiar, acudieron con una variada gama de animales domésticos: perros, gatos, loros, caballos y reptiles, para participar en la ceremonia que los reconoce como parte integrante de la sociedad. 

La primera en llegar al pinar fue la carreta con la imagen de San Antón, tirada por una mula enjaezada para la ocasión, exornado con flores y plantas y rodeado por caballistas y miembros de la junta directiva de la asociación de vecinos del Pago de la Alhaja, entidad que preside Francisco Lara. Previamente, el Camino de los Enamorados, recientemente remodelado, había sido cortado por la Policía Local, que junto a Protección Civil, Samur y personal sanitario, se ocuparon de garantizar el orden y la seguridad y colaborar en la buena marcha del evento. En este sentido, el presidente de la asociación de vecinos agradeció su colaboración a todos los "Cuerpos implicados" en el dispositivo. 

Una imagen de la bendición de la mascotas por el diácono de San Joaquín. Una imagen de la bendición de la mascotas por el diácono de San Joaquín.

Una imagen de la bendición de la mascotas por el diácono de San Joaquín. / D. C.

Participaron en la romería políticos de la Corporación pertenecientes al equipo de gobierno, con el alcalde Germán Beardo y los concejales David Calleja (Concejalía de Fiestas) y Javier Bello (Participación Ciudadana), además de ediles socialistas David de la Encina, Maria del Carmen Ojeda y Ángel Mª González Arias. Hubo concejales, como Carmen Lara, que llevó incluso a bendecir a su mascota, guardando cola pacientemente.

Uno de los momentos más emotivos fue la suelta de palomas, como símbolo de paz y libertad, que un grupo de niños lanzó al aire para que alzaran el vuelo en el claro del bosque de pinos, donde el fuerte viento de levante apenas se dejaba sentir, al tratarse de un lugar resguardado por la orografía del terreno. Tras la suelta de palomas, comenzó la bendición de las mascotas. El párroco, acompañado por el alcalde y los concejales de Fiestas y de Participación, se colocaron sobre la tarima de madera, frente a la cual fueron pasando los animales para ser rociados con agua bendita y recibir un diploma dedicado "a la mejor mascota", que fueron recibiendo todos los participantes. La bendición se abrió con el paso de la carreta del santo, seguida de jinetes y amazonas, algunos pertenecientes a la escuela ecuestre Las Marías y al asociación de Amigos del Caballo.

Numeroso público participó en la ceremonia. Numeroso público participó en la ceremonia.

Numeroso público participó en la ceremonia. / D. C.

A continuación fueron bendecidos una amplísima comitiva de animales, que sus dueños llevaban sujetos con correa, en brazos, en acuarios, terrarios, mochilas o trasportines, que avanzaban en una fila organizada dentro de un pasillo acotado entre los pinos con cinta de precintar.

El acto se extendió durante dos horas, pese a que tanto el párroco como el diácono Ricardo Fernández Luna, participaron al unísono para agilizar la ceremonia, que no obstante se desarrolló en un ambiente paciente y distendido, donde se notaba que el público tenía ganas de volver a disfrutar de esta tradición. 

Pese a todo, los organizadores echaron en falta la presencia de las asociaciones protectoras de animales, que fueron invitadas pero no asistieron, como tampoco hubo ningún stand de empresas o clínicas veterinarias que se dedican a dar servicio a animales domésticos y mascotas.  

  

 

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