El pasado sábado  más de 50 socios del Ateneo del Vino se trasladaron a la localidad sevillana de Cazalla de la Sierra para visitar las Destilerías Miura, del portuense grupo vitivinícola Caballero. A su llegada fueron recibidos por Luis Luengo, director general de Caballero-Lustau.

La fábrica Miura de aguardientes anisados sigue las antiguas fórmulas de los frailes del primitivo convento de los Diezmos en la que se sitúa.

La visita comenzó con las explicaciones históricas sobre los "aguardenteros" ―como dicen los cazellenses de los fabricantes de aguardientes anisados― y, especialmente, con la destilería visitada que hizo María José Calvo, guía de la destilería.

Fernando Pérez, maestro destilador de Caballero-Lustau, explicó las características de la destilación, que se sigue realizando en los siete alambiques calentados con madera, hasta hace poco con leña y hoy con pellets. También comentó el uso de tinajas de barro hechas manualmente y con capacidad variable entre 900 y 1.500 litros. Explicó la fabricación del original licor de guindas (cerezas silvestres).

De las casi cien destilerías de Cazalla ―que llegó a tener Denominación de Origen― hoy sólo perviven dos, Miura y El Clavel.

Para terminar la visita se pasó a catar las elaboraciones de crema de anís, licor de guindas, anís dulce y anís seco.

Con posterioridad pasaron a comer al Restaurante Cortijo Vistalegre que, entre otros platos, sirvió el "gazpacho de Cazalla", todo maridado con vinos de las bodegas cazallenses Viñas Colonias de Galeón y Tierra Savia.