En la madrugada de este jueves se registró en la urbanización Valdelagrana, en El Puerto de Santa María, lo que podría considerarse una oleada de robos de catalizadores de vehículos que estaban estacionados en la vía pública. 

El catalizador es un dispositivo integrado en el sistema de escape del vehículo, que modifica los gases para reducir las emisiones contaminantes. Lo que lo hace valioso para los ladrones (a veces incluso bandas organizada) son los metales que contiene en su interior, muy cotizados en el mercado negro.

A la pieza se puede acceder por los bajos del vehículo, de manera que según una de las víctimas, cuando llegó para arrancar su coche este jueves por la mañana encontró tiradas en el suelo la tapa y los tornillos que sujetan la cubierta que protege al catalizador, deduciendo que el robo se había producido de madrugada.

No fue el único que sufrió esta situación, ya que según ha podido saber este diario, el mismo día se produjeron al menos tres robos más en Valdelagrana, y otros posibles casos que por el momento no han trascendido, habiéndose cursado por parte de vecinos de la zona denuncias en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de El Puerto. 

La forma de actuar de los ladrones es parecida en todas las ciudades: localizan las zonas con vehículos estacionados y poco vigilados, identifican las marcas más fáciles de sustraer o solicitadas por el mercado negro, para posteriormente actuar, levantando ligeramente el automóvil con un sistema hidráulico, manipulan los bajos del vehículo y cortan el tubo que separa la preciada pieza y el tubo de escape del motor. 

Según ha podido saber este diario, los robos se están produciendo en distintas poblaciones de la provincia, habiéndose desmontando incluso redes delictivas en Jerez y en Sevilla. El objetivo es extraer los materiales preciosos que contienen, que con las actuales restricciones al comercio están disparando sus precios.

Las piezas no son fáciles de reponer, debido a la creciente demanda de catalizadores nuevos que se está produciendo en los talleres, donde al parecer tardan un tiempo en llegar por problemas de suministros, y el coche debe permanecer parado durante varios días. Esta situación de falta de catalizadores de repuesto se estaría registrando a nivel internacional, en especial con algunas marcas. En ocasiones, los seguros cubren la reposición de la pieza y el arreglo, pero no siempre es así, causando también un quebranto económico en los afectados.

La situación ha llegado al punto de que los robos no sólo se producen con nocturnidad, sino también durante el día, ya que para extraer la pieza los ladrones ni siquiera tienen que abrir el coche, ya que es accesible desde fuera y requieren de pocos minutos.

Además de los propios gastos derivados del pago de la grúa para trasladar el vehículo al taller y la reposición de la pieza, "lo peor es el tiempo que están tardando en cambiarla, porque con la oleada de robos hay déficit de este suministro en concreto", lamenta uno de los afectados.