Izquierda Unida (IU) se quedó el domingo a sólo unos 4.000 votos de conseguir su gran objetivo en estas elecciones generales en la provincia, como era volver a lograr un escaño por esta circunscripción. Esa opción, que incluso parecía factible al inicio del escrutinio, hubiese cristalizado con cierta facilidad en el caso de que Cádiz no hubiese perdido el noveno que había tenido en el Congreso desde 1986 hasta ahora. Sin embargo, el caprichoso reparto de escaños por motivos de población hizo que Cádiz perdiera uno en beneficio de Madrid.

De haberse mantenido esos nueve diputados, IU se habría hecho con el último escaño en juego, tal y como se aprecia en la tabla adjunta, que reparte las plazas al Congreso que estaban en juego en Cádiz de acuerdo con la aplicación de la Ley D'Hondt.

Y aunque toda extrapolación siempre es errónea, porque en cualquier cita electoral influyen multitud de elementos imprevistos, este mismo reparto conllevaría que si los resultados de ayer se repitieran en las andaluzas de marzo, el PP obtendría ocho escaños (dos más que en 2008), el PSOE se quedaría con seis (perdería dos) e IU mantendría el que tiene actualmente en la persona de Ignacio García.