Los que se marchan/Carlos Coronado

“En el pleno he votado en conciencia, y eso pocos lo pueden decir”

  • El edil se despide de la política tras haber estado cuatro años en el gobierno y otros cuatro en la oposición

Carlos Coronado, concejal del Ayuntamiento de El Puerto.

Carlos Coronado, concejal del Ayuntamiento de El Puerto. / D.C.

Carlos Coronado deja la primera línea política después de ocho años como concejal.

–Usted ha vivido las dos caras de la política municipal, la del gobierno y la de la oposición. ¿Qué es más duro?

–Estar en el gobierno es duro, porque tienes la responsabilidad de gestionar y defender tu gestión. Siempre la oposición busca donde pincharte y que tu labor no luzca. Estar en el gobierno desgasta mucho porque eres la cara visible de una gestión, que no es algo tan fácil como parece en las tertulias de bar, donde se arregla El Puerto en dos minutos. Tienes que tener cuenta muchas cosas, la legislación de distintos ámbitos, los presupuestos… es complicado.Estar en la oposición es más sencillo, tienes menos presión al no estar gestionando, pero en mi caso, que he estado solo desde el primer año de este mandato, sin grupo, sin asignación, eso te deja aún más solo y es más complicado todavía. Eso sí, he tenido mucha libertad, he podido votar en conciencia, y eso pocos concejales lo pueden decir. Eso te hace dormir por la noche bastante tranquilo.

–En estos cuatro últimos años ha estado usted como concejal no adscrito, tras la ruptura del grupo andalucista. ¿Ha resistido por pundonor?

–He resistido por varias razones, por pundonor por supuesto, pero también porque hubo gente que confió en mi como Carlos Coronado y no podía defraudar a esas personas. Adquirí un compromiso y soy una persona a la que le gusta cumplir sus compromisos. He estado cuatro años, que es a lo que me comprometí.

–¿Se ha llevado muchas decepciones en estos ocho años?

–Sí, tanto en la oposición como en el gobierno, es algo que va implícito en política. La labor municipal es muy ingrata, la gente enseguida olvida las cosas buenas y se ceba en las malas. Buscan tirar al político por tierra. Entras en política con mucha ilusión, pensando que puedes cambiar las cosas y cuando te encuentras con la realidad, en el gobierno, ves que en muchos aspectos tienes las manos atadas.

–¿Cuál ha sido la mayor decepción?

–A mí me dio mucha pena que cuando llegó el nuevo gobierno desmantelase todo lo que se había hecho en Policía Local. La Policía de Barrio, la unidad especial para atender el vandalismo urbano y el menudeo de drogas, y el cierre de la Subjefatura del centro cívico. Fue algo que costó mucho y que tenía el apoyo de todos los sectores. Eso se borró de un plumazo y esa Subjefatura sigue haciendo falta.

–Fue usted concejal de Policía Local durante cuatro años. ¿Cree que el cuerpo está mejor ahora que antes?

–Está igual. La Policía Local en El Puerto es complicada. A veces se la minusvalora, pero está inmersa en todos los ámbitos de la ciudad. Desatender a la Policía Local es un problema, el actual concejal ha estado muy ausente, aunque es normal teniendo que llevar cuatro concejalías adelante. Este gobierno ha estado muy sobrepasado, creo que con seis concejales no se puede llevar adelante una ciudad.

–Usted que lo ha vivido desde dentro, ¿hay mucha falsedad en la política?

–Muchísima. Es verdad que es una falsedad por conveniencia. Hay gente que en el plano personal se lleva bien y luego se lleva fatal en el salón de plenos, hay otros concejales que en su propio partido tienen enfrentamientos. Los peores enemigos siempre están en tu casa, eso está demostrado, y pasa en todos los partidos. Creo que debe haber rivales políticos pero no enemigos. Yo me he llevado bien con todos los concejales, tanto en lo personal como en lo político, he tratado siempre de mantener la corrección en el pleno, algo que muchas veces falta. Algunos a veces se vienen muy arriba y dan un espectáculo lamentable. La imagen del político ya está muy desprestigiada como para encima verlos pelearse por banalidades.

–Imagino que le habrán tirado los tejos para que se sume a otro proyecto local.

–Sí, me siento halagado por las ofertas que he tenido, de uno y de otro bando. Entiendo que llevar ocho años de experiencia es algo que interesa, pero yo creo firmemente en la regeneración y creo que con dos legislaturas ya está bien. Algunos se enganchan como pueden hasta el fin de los días. Eso no quita para que dentro de cuatro años me pueda entrar el gusanillo otra vez. A mí la política municipal me gusta.

–¿Tiene idea el ciudadano de a pie de la labor que realiza un político?

–Yo le recomendaría a cualquier persona que se acerque alguna vez a la vida política y compruebe lo complicada que es. Muchas veces se quiere y no se puede, o es muy complicado todo. No es tan fácil ni está recompensado. Hay concejales que se lo toman muy en serio y se desviven, y eso no está pagado ni económica ni familiarmente.

–¿Qué se lleva de este tiempo que ha dedicado a su ciudad?

–Sobre todo aprendizaje. He aprendido mucho de las personas, de las buenas y de las malas. Me llevo muchas amistades nuevas, contactos, en general buen sabor de boca, aunque también ha habido muchos sinsabores. Alfonso Candón y yo fuimos los primeros en sufrir escraches en El Puerto, en nuestras casas, y los sufrieron también nuestras familias. Hay gente que te insulta de forma gratuita, aunque lo más grave fueron las amenazas de muerte que recibí.

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