Sexualidad

Sexo anal: el que más gusta pero más cuesta

  • A ver quién es la guapa que reconoce en público que, en la cama, lo que más le gusta es que la pongan a cuatro patas y le den por detrás. Podríamos describirlo de otros muchos modos pero así suele ser el sexo anal. Ese del que no hablamos pero que gusta. 

Sexo anal: el que más gusta pero más cuesta

Sexo anal: el que más gusta pero más cuesta / Deon Black

Por educación, hablar de sexo anal implica, de entrada, mala educación. Todo lo que sea ‘encular’ está más visto. Mandamos a tomar por culo a quien despreciamos. Nos da por culo lo que más nos duele. Tenemos una relación curiosa con esa parte del cuerpo cuando, si fuéramos honesto, le daríamos el verdadero significado. 

El culo tiene más terminaciones nerviosas que la vagina. Empecemos a situarnos. Esto significa que sentimos mucho más ahí y que, una vez que nos relajemos, podremos descubrir hasta dónde podemos llegar. Pero nos han dicho que todo eso es malo. Y sucio. Y nos lo hemos creído. Ya va siendo hora de partir una lanza por la práctica sexual más denostada, pero una de las más placenteras

Incursiones por detrás

Para empezar a tratar el tema con su pareja no va a quedar otra que hablarlo. No intenten sorprender a nadie intentando incursiones no pactadas. Las relaciones sexuales se disfrutan junto a la pareja, si vamos por libre se llama masturbación. Así que hablen. Dígaselo. Y acompáñense de la mano en esta bonita incursión por detrás. Que verán qué bien se lo van a pasar. Lo primero: hablar del sexo anal

Una vez que estén seguros de que eso es lo que apetece, se recomienda empezar por la estimulación. Sí, hay que entrenar. Por inercia, tendemos a cerrar el ano. Es una reacción natural que complica la práctica de sexo alguno. Así que… ¿comenzamos a quererlo? 

“En la ducha es un lugar maravilloso para empezar”, reconoce Carolina Armero, sexóloga y responsable de El Paraíso Secreto. “Se empieza una misma con los dedos, jugando, tocando. Metiéndolos para abrirlo y que no resulte incómodo. Puedes hacerlo con tu pareja, si quieres. Así ambos participan de todo el proceso y los une mucho más como pareja”. En el maravilloso mundo de los juguetes eróticos, también, tenemos una pieza muy buena para comenzar con el sexo anal: las bolas tailandesas. 

Se trata de un ristra de bolas engarzadas entre sí, normalmente de silicona, que van desde muy pequeñas hasta grandes, de menor a mayor. “En la ducha o la bañera, empiezas a meterte cada una de las bolas por el ano después de acariciarte y excitarte. Están todas unidas y van de menor a mayor, podrás. 

Se van a sentir infinitamente mejor si prescinden de posibles suciedades. Es el culo. Es normal que se encuentren heces. Por eso nada como usar una lavativa antes de nada. 

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