Ayer salió hacia Madrid la segunda expedición de comisionados que va a gestionar el tema de los cruceros y la posibilidad de que Cádiz cuente con un gran astillero en la dársena Lacaissagne.
El obispo de la diócesis, Vicente Calvo y Valero, aún convaleciente de su enfermedad subió ayer al tren para encabezar la comisión. La presencia del prelado emocionó a los comisionados que pasaron a saludarlo. Calvo y Valero manifestó: "En vista de la gravedad del asunto he decidido marchar a Madrid. Algo tengo que hacer por Cádiz".
El alcalde, al conocer la decisión del obispo, le envió un telegrama a la estación de Sevilla felicitándole por su conducta noble y patriótica.
Hoy se reúnen los comisionados en Madrid para hablar con el Gobierno y pedir justicia para Cádiz.
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