Benito Pérez Galdós describe numerosos detalles de la vida en nuestra ciudad durante el asedio de las tropas de Napoleón. En Cádiz, un Episodio Nacional escrito en 1874, relata los primeros bombardeos y los inconvenientes de vivir en una ciudad rodeada por el enemigo. También relata las diversiones que nunca faltaron y las juergas en el Figón de Poenco, cuando los voluntarios gaditanos marchaban o regresaban de trabajar en las defensas militares de la Cortadura.

Tal vez este minucioso y documentado relato obedezca a la presencia en Cádiz de varios familiares del novelista. En efecto, durante la Guerra de la Independencia, Canarias envió a la península un batallón de voluntarios para luchar contra los franceses. Este batallón, que estaba al mando de Francisco de León y Romero, ayudó eficazmente a la defensa de Cádiz. Como subteniente de esas tropas figuraba Sebastián Pérez, abuelo de Benito Pérez Galdós. Capellán de ese cuerpo de voluntarios canarios era Domingo Pérez, tío del famoso novelista.

Cuando en 1910 el Ayuntamiento de Cádiz comenzó a organizar los actos del primer centenario, se pidieron datos a Canarias sobre las vicisitudes de ese batallón expedicionario.

El alcalde de Las Palmas remitió una extensa carta a Cayetano del Toro, relatando pormenores de la estancia de las tropas canarias en Cádiz. Según ese alcalde, el sacerdote tío de Benito Pérez Galdós, Domingo Pérez, había escrito un diario de la expedición con numerosos detalles de la vida en Cádiz. El regidor isleño comunicaba que desconocía dónde se encontraba ese diario.

¿Servirían esas notas a su sobrino Benito Pérez Galdós para escribir Cádiz?