La segunda mano como estrategia vital: así financian los españoles su estilo de vida

La economía doméstica española ha encontrado en la segunda mano un aliado inesperado. Lo que comenzó como una necesidad durante la crisis económica se ha transformado en una estrategia consciente para mantener el nivel de vida deseado. Según revela la quinta edición del estudio La Red del Cambio 2025, elaborado por Wallapop junto al Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI), el 45% de los españoles utilizan la compraventa de productos reutilizados como una fórmula para equilibrar sus deseos con la realidad económica actual.

Los datos dibujan el retrato de una sociedad que se niega a renunciar a los pequeños lujos cotidianos. El 68% de los usuarios de estas plataformas destina el ahorro obtenido a caprichos personales (32,5%), actividades de ocio (20,4%) y viajes (15,3%). Una tendencia especialmente marcada entre las generaciones más jóvenes, que han convertido la segunda mano en su particular matemática del ahorro.

Una paga extra de 1.112 euros al año

La investigación cuantifica en 1.112 euros anuales el ingreso adicional que genera cada español a través de la compraventa de productos reutilizados. Una cifra que, traducida a gastos concretos, permite cubrir hasta 20 meses de cuota de gimnasio, dos años completos de plataformas de streaming, siete meses de ocio o incluso el coste de asistir a dos bodas al año, un evento que supera los 500 euros por invitado de media.

"Llevo usando Wallapop desde 2017 y fue mi salvación cuando me mudé por primera vez sola a un piso sin amueblar. Cobraba muy poquito y pagaba la mitad de mi sueldo en alquiler", explica Mariang, creadora de contenido y copresentadora del podcast La Pija y la Quinqui. Su testimonio refleja cómo los jóvenes han integrado estas plataformas en su estrategia vital: "Si sumo todo lo que he ahorrado amueblando mi casa, estamos hablando de miles de euros. Es una bestialidad".

Diferencias generacionales en el uso del ahorro

El estudio La Red del Cambio 2025 revela patrones diferenciados según la edad. Los usuarios más jóvenes, especialmente aquellos de 18 a 24 años (40%) y de 25 a 34 años (38%), recurren principalmente a la segunda mano para satisfacer caprichos y deseos personales. Por el contrario, las generaciones de 35 a 44 años (30,6%) y de 45 a 54 años (32%) emplean esta estrategia para cubrir gastos esenciales del hogar.

La categorización del ahorro por sectores también ofrece datos reveladores. Los usuarios pueden percibir hasta 158 euros anuales en tecnología, 131 euros en artículos deportivos, 129 euros en videojuegos, 123 euros en moda y 109 euros en productos para el hogar. Estas cifras incluyen tanto los ingresos por venta como el ahorro obtenido al comprar productos reutilizados frente a nuevos.

El fenómeno 'girl math' aplicado al consumo

La investigación identifica un fenómeno sociológico que ha cobrado relevancia en redes sociales: el girl math o matemática femenina, una forma de racionalizar las compras que justifica el gasto mediante el ahorro obtenido. "No se trata de gastar más, sino de optimizar el ahorro para convertirlo en experiencias reales", explica el estudio.

Este comportamiento refleja una transformación profunda en los hábitos de consumo. La segunda mano ha dejado de ser una opción por necesidad económica para convertirse en una estrategia consciente de optimización de recursos. Los usuarios no solo buscan ahorrar, sino mantener un estilo de vida que incluya experiencias y productos de calidad sin comprometer su equilibrio financiero.

Un mercado en consolidación

Los datos confirman la consolidación definitiva del mercado de segunda mano en España. Wallapop, que cuenta con más de 19 millones de usuarios, se ha convertido en el exponente más visible de esta tendencia, pero refleja un cambio más amplio en la mentalidad de consumo de los españoles.

La sostenibilidad y la optimización de recursos siguen siendo motivaciones importantes, pero el estudio evidencia que la búsqueda de bienestar personal y la satisfacción de pequeños lujos se han convertido en los verdaderos motores de este mercado. Una evolución que dibuja el perfil de una sociedad que ha aprendido a navegar las limitaciones económicas sin renunciar a sus aspiraciones de calidad de vida.