Economía

Los empresarios reclaman nuevas alianzas para el mercado ibérico

  • La agricultura conforma uno de los sectores más atractivos para el capital andaluz en Portugal · La Cámara de Comercio hispano lusa anima a la colaboración entre las pymes de ambos países

Los escasos pero asentados cimientos sobre los que se ha basado el llamado mercado ibérico desde la entrada conjunta de España y Portugal a la UE en 1986 merecen un nuevo refuerzo 22 años después, en un continente en el que cada vez ganan más protagonismo los países del Este y en el que hay que buscar alianzas para encontrar un lugar en los mercados emergentes. Así lo entienden los empresarios de ambas orillas del Guadiana reunidos ayer en el Encuentro sobre inversiones Hispanos-Lusas organizado por el Grupo Joly, con el patrocinio de Bogaris. El ministro de Agricultura portugués, Jaime de Jesus Lopes da Silva, lanzó un mensaje claro a los asistentes: "Necesitamos una atmósfera de cambio con el impulso, sobre todo, de la sociedad civil". Una cifra le sirvió para ejemplificar la necesidad de este acicate: el capital de España en la agricultura portuguesa en los últimos siete años apenas supone el 1% del total invertido en el sector. Lopes da Silva cerró una mesa redonda moderada por el periodista Ignacio Martínez y en la que intervinieron el empresario español Rodrigo Charlo, de Bogaris, y los portugueses Rui Texeira, de la eléctrica EDP Renovables, Artur Santos Silva, del Banco Portugues do Investimento, y Aureliano Oliveira das Neves, de la Cámara hispano portuguesa de Comercio e Industria.

España y Portugal se han mantenido como estados tradicionalmente rivales con una historia que ha seguido caminos paralelos, especialmente en la segunda mitad del siglo XX. Ahora, en un mercado globalizado y un escenario de fronteras más difusas, españoles y portugueses viven un periodo "en el que hay que pasar de ser hermanos a ser amigos; los hermanos no se eligen, los amigos sí", sostuvo a modo de metáfora Artur Santos Silva. El BPI conforma el cuarto grupo financiero portugués y en él La Caixa posee el 27% de sus acciones. Se trata de un ejemplo de los intercambios empresariales entre ambos países y que lleva a una cada vez mayor presencia del empresariado español en Lisboa. "La economía portuguesa cada vez depende más de la española. Portugal tiene ya en España a su principal cliente y proveedor", recordó durante su intervención Aureliano Oliveira das Neves.

Hasta el pasado 31 de mayo los españoles habían vendido al país vecino productos por un valor de 6.850 millones de euros, mientras que los lusos exportaron a España por 4.050 millones. Además, y pese a la crisis, en lo que llevamos de año las compras españolas a los portugueses han crecido un 8%. Más de 200 compañías nacionales se han extendido ya hasta Portugal, la mayoría de ellas con sede en Lisboa, aportando una inversión anual de 4.000 millones de euros al año y generando 82.000 empleos.

Éste fue el camino seguido por Bogaris, presidida por Rodrigo Charlo. Este empresario andaluz dio un mensaje de ilusión frente a los nubarrones de crisis: "La experiencia nos enseña que la cooperación internacional entre los pueblos vecinos ofrece resultados espectaculares". Su grupo empresarial, que realizó su primera incursión en tierras portuguesas en 2003, crece en este país gracias a los parques comerciales y de ocio, la generación de energía por biomasa y, sobre todo, a la producción del aceite de oliva, con el objetivo de llegar a las 5.000 hectáreas de olivar.

Charlo animó a los asistentes, un público formado mayoritariamente por empresarios agrícolas, a aprovechar las oportunidades de negocio que ofrecen regiones como Alentejo, con un suelo que aún no ha alcanzado los precios de España y agua suficiente para las nuevas explotaciones de regadío. "Portugal seguirá siendo país de acogida de los agricultores españoles. Allí hemos encontrado apoyo y accesibilidad de las administraciones".

El presidente de Bogaris reclamó para ambos países alianzas que fortalezcan sus objetivos común en el mercado internacional, poniendo de ejemplo el poder alcanzado en Europa por los pequeños estados aliados en el Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo) o la estrategia seguida por los países nórdicos. Una idea que secundó Oliveira das Neves. "Entre Portugal y España la fase más difícil a la hora de fundamentar las nuevas relaciones ya se ha superado con resultados notables", dijo el empresario que animó a buscar "nuevas perspectivas porque el modelo no está agotado". El futuro, indicó Das Neves, pasa por las pequeñas y medianas empresas, la colaboración institucional y el impulso de las organizaciones empresariales de ambos países.

Rui Teixeira, consejero financiero de EDP Renovables, puso a su empresa como modelo del nuevo desarrollo empresarial que deben protagonizar ambos países. "Somos una empresa verdaderamente ibérica", consideró el portavoz de esta compañía filial de la principal eléctrica portuguesa. EDP prevé una inversión prevista de 500 millones de euros en Andalucía para los próximos años en parques eólicos y forma parte del reducido grupo de compañías lusas que se han interesado por el mercado andaluz. Apenas un 7% de las empresas portuguesas asentadas en España tienen presencia en la comunidad. Andalucía exporta 668,3 millones de euros a Portugal e importa productos por valor de 481,6 millones, según los datos del Instituto Andaluz de Estadística.

Teixeira reclamó ante estas cifras mayor ambición a sus compatriotas. "La Península debe ser el mercado natural de expansión", expuso el representante de la eléctrica, que también reclamó a las autoridades un mayor esfuerzo por garantizar la integración de los mercados.

Oliveira das Neves defendió las asociaciones empresariales entre ambos países como la mejor vía para encontrar un hueco en los nuevos mercados internacionales, especialmente en las zonas donde la presencia hispano-lusa ha sido habitual a lo largo de la historia, como África o América Latina.

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