El director general de la Caixa, Juan María Nin, ha señalado durante su intervención en Sevilla en el Foro Joly que "una de las lecciones que tenemos aprendidas después de la caída en la crisis es que no hay que subvencionar el sistema financiero".

Así, defendió que la reconversión de las cajas "va a servir para que los nuevos bancos busquen el capital" necesario para reactivar la economía. Además, no descartó que en el futuro se realicen nuevas fusiones entre entidades.

Nin, que en su conferencia trató sobre la reestructuración financiera nacional, quiso comenzar por hacer una reflexión sobre el escenario mundial actual, que "no debemos perder de vista". Así, destacó que "el mundo está mejor" que hace unas décadas, pero la escasez de materias primas, el consiguiente aumento de precios y el protagonismo creciente de los países emergentes lleva a que "el mundo no dé de sí para tanto".

Sin embargo, el crecimiento español del 0,8% es para Juan María Nin un motivo de optimismo, a lo  que añade que "el déficit público se está corrigiendo, y se va a corregir. Hemos aprendido la lección".

Nin, que fue presentado por el consejero de Economía, Innovación y Empresa, Antonio Ávila, destacó que uno de los grandes problemas de España es el alto coste del crédito financiero para familias y de las empresas, lo que dificulta en gran medida que el tejido empresarial genere empleo.

Por este motivo, el director general de la caja catalana señaló que "España está en el punto de mira, pero dependemos de nosotros; a cada decisión correcta en la buena dirección hay una respuesta positiva de los mercados, aunque éstos perciben aún riesgos en la recuperación". Por eso, advirtió que "todavía hay espacio para que el sector público haga correcciones" ante el creciente endeudamiento, público y privado.

Ya después de su conferencia y preguntado sobre una fecha para el final de la crisis, Nin indicó que la experiencia dice que los problemas derivados de las burbujas inmobiliarias "duran diez años, por lo que calculo que estamos un poco más allá de la mitad de la crisis".

Además, opinó que la incorporación de personalidades de la política en la dirección de las nuevas entidades bancarias le parece "bien, ya que existe gran permeabilidad entre los sectores público y privado". También defendió que la reestructuración no va a afectar a la obra social de las cajas, ya que esta actividad "no es un negocio financiero, sino que sólo existe si hay beneficios. A más crecimiento, más obra social".