Cepsa obtuvo un beneficio neto de 350 millones de euros en el primer semestre del año, lo que representa una caída del 10% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
Si se eliminan los elementos no recurrentes, y calculando la variación de inventarios a coste de reposición (CCS), el beneficio neto ajustado de la compañía en el periodo registró un descenso del 20%, hasta los 230 millones.
La petrolera señaló que el primer semestre del año estuvo marcado, entre otros factores, por la volatilidad del precio del crudo, aún en bajas cotas, y que penaliza los resultados de la actividad de exploración y producción. Ha sido posible minimizar el efecto negativo, según la firma, gracias a la integración de los negocios, así como por el estrechamiento de los márgenes de refino, claramente inferiores a los del mismo periodo de 2015.
Por otro lado, la Refinería La Rábida de Cepsa, ubicada en Palos de la Frontera (Huelva), ha logrado reducir las emisiones totales de SO2 -dióxido de azufre-, en función del crudo procesado en un 88% desde el año 2000. En 2015, según se recoge en la declaración medioambiental de estas instalaciones consultada por Efe, se alcanzó una reducción respecto a 2014, al pasar de 0,32 a 0,29 kg SO2/t crudo tratado.
Con respecto a las emisiones, se destaca que las concentraciones medias anuales fueron notablemente inferiores a los límites que fija la Autorización Ambiental Integrada (AAI) y que los resultados de la burbuja de 2015 indican el amplio cumplimiento de los límites establecidos, con valores que van desde un 11% al 26% del límite permitido.
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