Diario del Carnaval

La crónica del Domingo de Piñata: Una despedida ficticia

Las imágenes del Domingo de Piñata del Carnaval de Cádiz 2023.

Las imágenes del Domingo de Piñata del Carnaval de Cádiz 2023. / Germán Mesa

Son muchos días de sueño incompleto, muchas horas de casapuerta, tablao o batea, dos fines de semana seguidos de fiesta. Todo eso se nota, se percibe, el segundo domingo de Carnaval. Pero las ganas de escuchar tangos, pasodobles y cuplés ganan al cansancio; y el ambiente y las jornadas que protagonizan los carruseles de coros son muy diferentes a las del resto de la semana. No tienen nada que ver, de hecho. Por eso la fiesta no decae, aunque en las calles se nota una considerable bajada de público respecto al primer fin de semana; algo que no tiene por qué ser un elemento negativo, ni mucho menos.

El conocido como Domingo de Piñata ha regalado otra gran jornada de celebración carnavalesca en la calle. Y a diferencia de otros años, en esta ocasión no quedaba ese sabor a despedida que tiene este día cuando el sol comienza a desaparecer y llega la noche. Las gargantas han callado al final del día… pero todos saben que será solo por unas horas, ya que el martes las agrupaciones volverán a echarse a la calle para vivir otra jornada de coplas y disfraces. Por Andalucía libre y la humanidad las agrupaciones no echarán su particular telón hasta 48 horas después de lo habitual, como queriendo compensar lo que la pandemia nos ha robado los años anteriores.

El Carnaval de 2023 ha sorteado con destreza las amenazas exteriores, como un surfista en medio de las olas o un delantero rodeado de defensas del equipo contrario. Las previsiones meteorológicas no eran nada halagüeñas para algunos días, domingo de piñata incluido. Y contra todo pronóstico, la ciudad ha vivido una jornada de ensueño. Sol radiante y temperaturas más que agradables invitaban a echarse a la calle y disfrutar en cualquier punto del casco histórico. Como hacían sobre las dos de la tarde el público de San Francisco que disfrutaba con la actuación de la comparsa 'Los trampucheros' que tan buen sabor de boca dejó en el Concurso.

Cantaba el grupo de Germán Rendón sobre el parterre sin flores ni tierra de San Francisco, convertido en un tablao improvisado estos días; como ocurre también con esos escalones tan cotizados por las agrupaciones (las oficiales y las ilegales) del Oratorio de San Felipe, la Torre Tavira, la portada del edificio de Correos o los accesos a la fundación de la Mujer en Palillero y al comercio de esa plaza que hace esquina con Feduchy. Sin olvidar otros puntos como la puerta de la iglesia de San Pablo, muy solicitada también ayer por distintos grupos.

En la plaza de San Antonio los más pequeños han sido hoy los auténticos disfrutones del Carnaval, de la mano de Baby Radio y sus rostros más conocidos así como de una serie de divertidos juegos en los que los niños podían lanzar un penalti, hacer diana con un arco, pescar patos o descubrir lo que es un tirachinas. Buen reclamo el de esta fiesta infantil que estuvo muy concurrida durante la primera mitad de la tarde, algún concejal incluido disfrutando de los más pequeños de la familia (que no todo va a ser debates políticos y actos electoralistas).

Las degustaciones gastronómicas han sido otros de los focos de atención de este domingo. Garbanzos en San Carlos, pescao frito en Candelaria, o pinchitos y manzanilla en el Mentidero han sido los últimos reclamos que completan un menú carnavalesco con ostiones, erizos, pestiños, panizas, mejillones, empanadas o gambas. Que nadie pase hambre, que de la sed ya se encarga todo el mundo.

Por encima de todo ello, posiblemente, el gran protagonista del segundo domingo de Carnaval, como lo fue del primero y del lunes festivo, sea el coro. El coro subido en batea, o en carroza, que circuló un día más alrededor de la plaza de Mina o la de Abastos, en unos carruseles que quizás han quedado algo deslucidos este año por las medidas de seguridad implantadas a raíz del accidente en la cabalgata de Reyes de Marchena que obligaba a los tractores a no arrancar para empujar las bateas hasta que no hiciera acto de presencia la Policía Local, ralentizando mucho el ritmo y provocando que los coros estuvieran bastante tiempo parados en un mismo punto pero sin cantar ninguna pieza de sus repertorios.

Tardaron algo más de lo habitual los coros en subirse e iniciar el carrusel. Pasadas las tres de la tarde aún había varias bateas en Mina completamente desiertas mientras que los coristas se saludaban, cogían fuerzas e intercambiaban fotos con amigos, familiares y foráneos que querían inmortalizar su paso por el Carnaval 2023.

De estos carruseles prefijados volvió a saltarse el guión el coro Los negros, que cumplió con el rito de despedirse del Carnaval en el Cañón. “Es increíble que el coro siga sonando igual estando ya en el día que estamos”, decía la aparentemente joven Cristina con la boca abierta cuando el grupo de Pedrosa, David Fernández y compañía terminó de cantar el popurrí.

La noche ha ido callando las gargantas y dando paso al flamenco-fusión y a la música tecno que volvía a sonar con estruendo en San Antonio. El Carnaval empezaba a rendirse a la espera de que una joven y guapa Bruja Piti ardiera en llamas para despedir oficialmente la fiesta. Aunque en el aroma de este domingo de piñata todos saben que la despedida es un tanto ficticia. Que el martes, si no también el lunes, estaremos otra vez escuchando coplas por las calles.

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