homenaje a paco alba

Las mil y una aventuras de 'La hueste de don Nuño'

  • Manuel Márquez rememora una chirigota que no sólo hizo reír al público

Manuel Márquez rememora una chirigota que no sólo hizo reír al públicoLas mil y una aventuras de 'La hueste de don Nuño'

Manuel Márquez rememora una chirigota que no sólo hizo reír al públicoLas mil y una aventuras de 'La hueste de don Nuño'

Para sacar 'La hueste de don Nuño', ya que su grupo habitual se había enfadado con él por obligarles a regresar de Madrid, Paco Alba llamó a algunos componentes de sus primeras agrupaciones, como Emilio Fernández, Federico Pedreño o Manuel Gallardo.

En la nueva chirigota figuraba asimismo Manuel Márquez Delgado. Lolo, que, al igual que sus compañeros, guarda un recuerdo inolvidable de aquel año, en el que se divirtieron de lo lindo, además de conseguir el primer premio especial en el concurso del Falla. Igual recompensa recibieron los antiguos 'Julianes' que salieron con Melilla en 'Los gorilas'.

Lolo explica como Paco era muy aficionado al teatro y se inspiro para escribir esta chirigota en la obra La venganza de don Mendo, prueba de ello es el pasodoble sobre el derecho de pernada, por el que todos muestran una especial preferencia, aunque "cuando lo llevó por primera vez al ensayo se lo rechazamos porque desconocíamos la costumbre a la que se refería y temíamos que la censura nos diera problemas". "Sin embargo Paco nos explicó el significado de la letra y acabamos aceptándolo. Ahora es uno de los que más recordamos".

Fue ese año también cuando Paco escribió un pasodoble dedicado al que pasados algunos años sería su rival carnavalesco, Enrique Villegas, propietario de una joyería que patrocinaba en exclusiva el libreto de la agrupación. Manuel Márquez recuerda aún el día que fueron a cantarle a Enrique aquello de "bien se comprueba/ que el oro es lo que reluce/ por eso el Sr. Villegas/ complace a todo el que llega/ a su joyería El estuche".

Entre las muchas anécdotas de 'La hueste', la más referida por sus integrantes, con infinidad de variaciones, es aquella famosa actuación en una fiesta privada del alcalde José León de Carranza en el Puerto, donde tocó el bombo, combatió con las espadas y se colocó alguno de los cascos de la chirigota, fabricados en Astilleros, con los restos del nietal empleado para hacer los platos para los soldados.

"Después de cantar -explica Lolo- nos llevaron a un salón donde había una gran mesa con comida para un batallón. Comimos lo que quisimos, pero sobró muchísimo, entre otras cosas una gran bandeja de tronco de atún en aceite, de la que se sacaba, como dijo uno, piriñaca pa los niños pa dos semanas. Aunque nos habían dicho que nos lleváramos lo que sobrara, daba un poco de vergüenza. Pero uno se decidió y llenó de atún el casco y lo tapó con una servilleta. Lo malo fue a la hora de irnos, porque teníamos que atravesar un jardín donde estaba la gente y el dueño del casco no tuvo más remedio que ponérselo, con su carga dentro. Era para ver a ese hombre, con dos kilos de atún en la cabeza y el aceite cayéndole por la cara, intentando disimular".

Manuel Máquez cuenta también lo de aquel pasodoble dedicado al ministro de Trabajo que el Ayuntamiento encargó hacer a Paco Alba en una noche y al que ya hizo referencia Emilio Fernández, pero con una precisión: "En realidad el pasodoble para el ministro lo había escrito ya Pemán y nos lo trajeron para que lo cantáramos con la música de Los duros antiguos, pero la letra no entraba. Así que Paco tuvo que cambiarlo a toda prisa, porque había que cantarlo al día siguiente. Con tan poco tiempo no pudimos aprenderlo, y lo cantamos leyendo la letra, que la llevábamos pegada en el escudo".

La chirigota fue contratada ese año para cantar por toda la provincia. La visita a la feria de Algeciras también fue sonada, según cuenta Márquez: "Cuando llegamos nos enteramos de que el lugar que habían destinado para que durmiéramos era la prevención. Nos negamos a quedarnos allí y fuimos al Ayuntamiento a protestar. Como no había otro sitio disponible nos instalaron en el mismo salón de plenos y cuando íbamos a vestirnos para actuar Paco va y dice que le han robado la ropa, pero todos estábamos seguros de que él mismo la había escondido para no tener que disfrazarse, porque nunca acabó de superar su timidez. Como ya nos habíamos tomado unas cuantas decidimos hacerle un juicio en aquel escenario tan solemne. Lo condenamos y simulamos colgarlo con los cordones que recogían los grandes cortinajes del salón. El escándalo fue tal que por poco acabamos de verdad en la prevención".

Aunque sólo volvió a salir con Paco Alba al año siguiente, Lolo Márquez se deshace en elogios hacia nuestro autor: "Es el que ha escrito lo mejor del Carnaval, lo innovó y logró acercarlo a mucha gente que hasta entonces no le había prestado atención. Para mí era perfecto".

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