Retrocarnaval

Manolete Castellón: “Nunca me importó preparar los golpes a los compañeros con más vis cómica”

Manolete Castellón, historia viva del cuarteto gaditano.

Manolete Castellón, historia viva del cuarteto gaditano. / Julio González

Fue Don Anacleto (y sus tres analfabetos), el sargento Veneno (y dos o tres por lo menos), el guía Cipriano (y tres turistas italianos) o Mario Carmelo (y sus muñecos). Llevaba el peso de las actuaciones de los cuartetos con el papel principal, siempre poniendo en bandeja los golpes a compañeros con mayor vis cómica como Miguel El Mellao, El Bola, Francis, Salvi o los mismos Masa y Peña. La mayoría de ellos falleció y Manolete Castellón es de los escasos supervivientes de la generación que impulsó el cuarteto a sus cotas más altas. Aunque, como podrán leer, pasaron muchos años hasta que se convirtiera en un referente de la modalidad de los dos palos. Y tiene el honor de haber salido con los mejores autores de cuartetos de los 70 y los 80: Chimenea, Agüillo, Juan Rivero y El Libi.

Casi a la par de sus comienzos laborales, con solo 12 años, debutó en el Carnaval. “Fue con la chirigota infantil ‘La gallina y sus pollitos’ en 1959, de Manuel Rafoso, con chavales del barrio de Santa María en un grupo en el que salía la hermana de Pepito Martínez el guitarra, que cantaba muy bien. Después salí en ‘Hormiguillas de las salinas’ en 1960 y ‘Los perritos de postín’ en 1962”, recuerda sobre su paso por la cantera.

En adultos debutó a lo grande. Fue en ‘Los niños yeyés’ en 1966, segundo premio tras ‘Los beduinos’ de Paco Alba. Y a raíz de este estreno tuvo la suerte de vivir una gran experiencia durante dos años. Esta comparsa se convirtió, tras las Fiestas Típicas Gaditanas, en ‘Los yeyés gaditanos’, que recorrieron España de la mano de Manolo Portela. Discos, actuaciones en importantes salas de fiestas, televisión y la suerte de codearse con los mejores artistas españoles del momento.

Tiene el honor de haber salido con los mejores autores de cuartetos de los 70 y los 80: Chimenea, Agüillo, Juan Rivero y El Libi.

Manolete muestra una foto del grupo junto a Antonio Molina, otra visitando a Paquirri por aquello del paisanaje, en un hospital de Barcelona, después de una cogida del diestro barbateño, y otra firmando autógrafos también en la ciudad condal, donde Portela les ordenó que se afeitasen la cabeza para convertirse en los pelones más famosos de España.

“Esa experiencia fue maravillosa. Ganábamos al día 250 pesetas y yo de ese dinero mandaba a Cádiz, a mi madre, 100. En giro postal. Ella lo agradecía mucho porque éramos ocho hermanos”, señala.

Ya de vuelta en Cádiz salió en ‘Los matasiete’ (1969), Los don nadie (1971) y ‘Los pitirolos’ (1972), de Antonio Torres y Chimenea. Este último autor sería clave en la trayectoria de Manolete. “Al año siguiente me escribió el primer cuarteto, en 1973, ‘El feo, el bueno, el malo y el verigüés’, que no fue a la final”. Fue ese el año en el que los cuartetos concursaron por primera vez y en el que irrumpieron ‘Agüillo’ con El Peña, El Masa y los Scapachini en ‘Don Mendo y sus mendas lerendas’.

En 1974 sale por primera y última vez en un coro, ‘Los tartessos’, dirigido por El Quini. Vuelve al cuarteto con ‘Los de Katanga’ en 1975, junto a Francis Sánchez, José Piulestán (padre de Selu y Ángel) y Miguel el Mellao. Un año después El Carota lo llama para ‘Toro sentado, pluma rota, Cuchichi y el jorobado’. Ninguno de los dos obtuvo premio, pero fue en 1977 cuando emergió la figura de Manolete. Chimenea lo volvió a reclutar para hacer de ‘Don Anacleto’. Y ‘sus tres analfabetos’ eran El Mellao, Francis y El Bola. Ahí ofrecía Manolete, en el papel de paciente profesor, una clase magistral de cómo llevar el peso de un repertorio, haciendo que los otros se lucieran en los golpes de las parodias.

Ese papel en escena de integrante serio y responsable, ¿cómo lo asumía Manolete? “Yo siempre me metía mucho en el personaje y los autores confiaban en mí. Daba algún toque gracioso, pero casi siempre era quien preparaba los golpes. Nunca me importó porque había compañeros con más vis cómica que yo. Como Miguel el Mellao, por ejemplo”. 

“Manolo Portela nos llevó a conocer a Mari Carmen (y sus muñecos) una noche que actuaba en El Puerto"

Con Agustín González ‘Chimenea’ siempre tuvo Manolete una relación especial. “Era un fenómeno. Lo dejaba todo en mis manos, con plena confianza. Se embarcaba en muchas agrupaciones, eso sí. Pero con nuestros cuartetos siempre se volcó”, explica.

Luego de sacar ‘El sargento Veneno y dos o tres por lo menos’ en 1978 llegó el gran pelotazo con ‘Mario Carmelo y sus muñecos’ en 1980. Chimenea hizo una recreación de Mari Carmen y sus muñecos, por entonces ventrílocua en la cima de la fama. Primer premio en el Falla. Manolete dirigiendo a Rodolfo el león, Doña Rogelia y el pato Nicol. “Ese cuarteto fue por toda España. El dinero que gané me echó un cable para casarme ese mismo año, pero nunca como para vivir del Carnaval. Tras cada actuación tenía que estar a las siete en el muelle para trabajar”, expone. “Manolo Portela nos llevó a conocer a Mari Carmen una noche que actuaba en El Puerto. Fuimos al camerino a saludarla. Ella ya sabía que existía nuestro cuarteto, pero creo que nunca nos vio actuar”, apunta.

A ‘El guía Cipriano y tres turistas italianos’ (1981) le siguió ‘El alcalde de Zalamea’ (1982) y en 1984 llega un paréntesis chirigotero con ‘Pulpo a la gallega’ de Antonio Martín y su hermano Pepe ‘El Pellejo’. “En la final pasamos un mal rato, porque se habían publicado en el Diario los premios antes de acabar. Bailé la muñeira en la presentación y el público se quedó más relajado”.

En 1985 sale por primera vez con Manuel Rosales ‘Agüillo’, “un hombre muy correcto y discreto”, en ‘Los karajotekas’ con Peña, Masa y Miguel el Mellao. “Habíamos sido siempre rivales y El Peña me llamó y me dijo que era el momento de dejar atrás la competencia para salir juntos. Yo le decía al Peña que ensayábamos muy poco, y que iba a llegar el de Puerto Real, el Wiqui, y nos la iba a colar. Y él me tranquilizaba diciendo que cómo íbamos a perder “si aquí estamos los mejores”. Pues nos ganaron con ‘Radio macuto’”.

"Nuestros cuartetos iban todos rimados y no eran ni obras de teatro ni monólogos"

En 1986 repitió con Agüillo, pero ya sin los mismos componentes. Manolete hace otra vez de ventrílocuo en ‘Tres en uno’, en el papel de José Luis Moreno. No hubo suerte y se quedó fuera de la final. Vuelve a la chirigota con ‘Las misses guapetonas’ en 1987, “que no fue a la final porque íbamos de mujeres”. En esta chirigota iban cuatro hermanos Castellón Pareja: Manolete, Mariano, Francisco (El Minuto), también director, y José (El Pellejo), este último autor de la música y los tres primeros como componentes. En 1988 sale con el autor de referencia que le faltaba: Juan Rivero. ‘Los niños también lloran’ se llevan el segundo premio.

Después de experiencias no muy exitosas, entra a formar parte del cuarteto del Libi. “Era un gran elenco, con los Scapachini”. ‘Negociación a cuatro bandas’ fue tercer premio, con el primero y el segundo desiertos. Le siguieron otros cuartetos y chirigotas de veteranos como ‘Santa María Pura’, ‘Almejitas a la marinera’ o ‘Manolete y su cuadrilla’ en 2014, con la que se despidió de los escenarios.

Manolete sacó cuartetos infantiles que fueron primeros premios en los 90 como ‘Dónde se lo pongo, maestro’, ‘En columna de a tres’ o ‘Los pequeños saltamontes’. Se despidió en 2019 con otro cuarteto infantil, ‘Los niños de Manuela’.

El cuarteto actual dista mucho del que Manolete vivió. “Ha cambiado bastante, no es el mismo que el nuestro, y de los actuales se acerca un poquito el de Gago”. Y apostilla que sus cuartetos “iban todos rimados y no eran ni obras de teatro ni monólogos. Ahora se ponen dos a charlar un buen rato y los otros dos no saben qué hacer. No es una parodia como la llevábamos nosotros”, concluye.

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