Director y músico de 'Los Babeta'

José Manuel Pedrosa: “Sin el impulso y la motivación del grupo no sacaría el coro”

  • Tiene un currículum carnavalesco que asusta, con 10 primeros premios y 26 finales consecutivas en tres etapas: con La Salle Viña, con Faly Pastrana y ahora junto a David Fernández en 'Los babeta'

José Manuel Pedrosa en los pasillos del Gran Teatro Falla.

José Manuel Pedrosa en los pasillos del Gran Teatro Falla. / Jesús Marín

Un todoterreno del Carnaval. Desde que se inició en 1989 en la chirigota ‘El rayo Vaticano’, que compuso Martínez Ares, solo ha parado un año, el 93 por la mili. Al año siguiente entró en el coro de La Viña ‘Al ataque’ y en 1995 tocó su primera final con ‘Los cuentistas’. Desde entonces, primero con La Salle, luego con Faly Pastrana y ahora junto a David Fernández, ha estado en 26 finales de forma consecutiva. Casi nada. Y diez primeros premios. Antifaz de Oro, dotado de un privilegiado oído para afinar sus coros, trabajador nato y persona que huye de los focos. Aunque ya va siendo hora de valorar su impresionante trayectoria. Este año saca ‘Los babeta’ junto a Fernández.

–¿Tantos babetas hay en el Carnaval?

–En Carnaval, en Semana Santa y en todas las fiestas. Aquí se inventó la babeta como recorte o desecho de la pasta y de ahí salió llamarle babeta a quien es alguien chungo, que no sirve pa ná.

–Con más de 30 años de Carnaval a sus espaldas, ¿se ha encontrado con muchos babetas?

–Sí, muchos. De esos que te dejan de hablar, que esos son los babetas más grandes. Uno está aquí para hacer amigos y compartir momentos, pero hay gente que se lo toma muy a pecho. Esos son los peores babetas.

–Después de conseguir primeros premios en tres etapas distintas, con La Salle Viña, con Faly Pastrana y ahora con David Fernández, ¿qué motivaciones sigue encontrando para continuar haciendo coros?

–Para mí es muy importante la gente de la que me rodeo, con la que comparto ensayos, el Carnaval, y ellos son los que me impulsan a seguir. Creo que sin ese impulso estaría en casa tranquilo. Los componentes me motivan, como también la convivencia, echar ratos buenos después de un día de trabajo complicado. Con amistad y con mucho tiempo, el roce hace el cariño.

–A pesar de la caña que usted les da en los ensayos.

–No soy un negrero, eh. Ellos conocen mi forma de trabajar y la acatan. Yo sé hasta donde llegar también. Saben que esta manera de trabajar da resultados.

–¿La ruptura con Faly Pastrana os sirvió para…?

–Las rupturas siempre son dolorosas. Ocurren porque las cosas tienen un principio y un final. Con Pastrana he aprendido muchísimo de Carnaval, no tengo más que palabras de agradecimiento para él, que fue quien me metió en el coro de La Salle Viña y después me confió afinar su coro. La trayectoria llegó a su final y ya está. No reniego de nada y estoy muy orgulloso de lo que hicimos en esa etapa.

–¿Y cómo es trabajar con David Fernández?, ¿qué ha encontrado en este letrista?

–Ya venía trabajando con nosotros desde la etapa con Pastrana. Sorprende cada día. No le puedes dar un boli y un papel porque te hace 33 cosas. Es una persona que multiplica por diez lo que tú le das en música. Le gusta escribir como pocas veces he visto. Y le pone un gran empeño, cuidando mucho lo que hace. Lo mismo que yo soy un inútil con las letras a él le ocurre lo mismo con la música. Por eso nos complementamos, y eso ayuda mucho.

–¿Qué sensaciones le ha dejado el debut de ‘Los Babeta’?

–Muy buenas. Si nos ceñimos a las críticas y los comentarios de la gente, tenemos muy buenas vibraciones. Cantamos muy tranquilos y muy bien. Hasta yo mismo aluciné porque fue un disfrute. Como si hubiésemos cantado diez veces ya.

–A pesar de las urgencias de este año…

–Empezamos el coro muy temprano, el 23 de noviembre, pero se produjeron muchos parones por el Covid, la Navidad, Semana Santa… eso nos ha llevado a preguntarnos si lo que llevábamos era bueno. Se crean dudas con unos ensayos de seis meses. Pero fue entrando la gente en el local de ensayo y lo que teníamos ya viciado y manido de tanto cantarlo comprobamos que era bueno.

–Después de dos primeros premios seguidos, 2019 y 2020, y ahora sin Julio Pardo y Los Niños, supongo que os ha dicho mucha gente que lo tenéis a huevo.

–Las quinielas distraen mucho, son normales siempre en el Carnaval. Si no existieran, el concurso sería otra cosa. Pero nosotros de confianza, cero. Siempre hemos tenido los pies en el suelo y vamos como Simeone, partido a partido.

–¿Y el atípico COAC 2022 es como se lo esperaba?

–Son sensaciones raras. Mucha calor en los ensayos, entrar de día a ensayar, con manga corta o chanclas. Es un COAC que se está haciendo menos pesado que otras veces, pero cuando estás en las tablas se te olvida todo. Y más o menos parece un concurso normal.

–Usted que tantos años estuvo en el coro de La Viña, ¿ve alguna esperanza de revivirlo algún año?

–Ojalá ese coro volviera al Carnaval. Yo no te puedo hablar de futuro, pero la esperanza nunca se pierde. Quien sabe si un año surge y hacemos una locura, ¿por qué no? Yo guardo muy buenos recuerdos y ese coro jamás debió perderse, porque es historia viva del Carnaval.

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