Paco Trujillo 'Catalán' | Director de 'La canción de la laguna'

“David Carapapa es el autor que más ha valorado el trabajo que hago en toda mi vida”

  • Con ‘La canción de la laguna’ no ha habido más remedio que reinventarse y arriesgar, hacer una comparsa más fresquita pero sin perder la esencia”

Entrevista a Paco Trujillo 'Catalán' / Julio González (Cádiz)

Descendiente de la estirpe catalana, hijo y sobrino de históricos de la fiesta, Paco Trujillo ha salido a lo largo de su carrera carnavalesca con los mejores de la modalidad de comparsa y sabe lo que es saborear las mieles del éxito pero también la dureza de la indiferencia cuando decidió escribir sus propias agrupaciones. Tras obtener un tercer premio con ‘El marqués de Cádiz’ esta noche volverá a dirigir al grupo de David Carapapa.

–¿Qué sensaciones tiene para este año después de volver a pisar una final con ‘El marqués de Cádiz’ tras muchos años?

–Creo que hoy en día entrar en una final ya es ganar, y para nosotros aquello supuso un éxito. Y eso que el año pasado nos desgastamos mucho porque creo que en 12 días cantamos cuatro veces seguidas y llegamos a la final con ganas de que acabara todo. Para nosotros fue como un primer premio. Eso seguro.

–¿Y personalmente?

–Pues para mí fue importante por varias cosas. Creo que yo había perdido el rumbo porque hacía mis propias comparsas, tenía poco tiempo por el trabajo, por motivos personales, y creo que los focos dejaron de fijarse en mí. Gracias a David, que creo que es el autor que más ha valorado mi trabajo, el año pasado me sentí muy realizado. Ningún autor me ha dado el sitio como director como lo ha hecho David. ¿Que tenemos nuestras cosas?, claro, gustos diferentes en algunos aspectos, pero estoy súper agradecido a David.

–Porque el grupo lo afina usted.

–Bueno, sí, si por afinar la comparsa se entiende mimar la obra del autor, trabajar codo a codo con él, que seamos un equipo y sacarle el máximo rendimiento a una obra pues entonces sí.

–Ese no es el Paco Catalán que yo recuerdo.

–Es que han pasado muchos años de aquella época. Yo en ‘Los piratas’ era más tímido, inseguro, pero he tenido una evolución. Al final tengo mucho Carnaval en vena y te van saliendo las cosas por inercia. Con otros autores he llevado la voz cantante en ese aspecto pero no he tenido la percepción de sentirme tan valorado. David agradece el trabajo que yo hago por su comparsa y eso para mí es importante.

–¿No le parece que, en líneas generales, la figura de los directores no está valorada como debiera?

–La figura de los directores no está valorada como debiera porque a lo mejor nos lo hemos ganado. Porque se han dado malos ejemplos. Yo vengo de otro tipo de aprendizaje. Empiezo a salir con Chatín, que viene de ensayar con Enrique Villegas, y viene de una disciplina, de un compromiso, y se toma esto como una religión. Y luego me topo con Pepe El Caja, que es peor todavía. Y después me he encontrado con gente que, ni mejor ni peor, pero que tiene su propio método. Presumen de ensayar menos, de que no es necesario ensayar tanto porque el grupo canta bien por inercia. Los directores de hoy en día son muy culpables de que haya autores que cojan las riendas totalmente y digan: por aquí. Es mi manera de ver las cosas. Yo tengo recortes del Diario de mi padre que hablaban primero del director y luego del autor. Pero creo que los directores hemos perdido prestigio porque nos lo hemos ganado. Ahora hay director de escena, director musical, comercial... No puede ser. El director es el director, el que debe dar ejemplo, el que está en medio del grupo, el que pone las normas, el que dice como se canta, y hoy día creo que hay pocos directores de ese perfil. Que con esto no quiero decir que yo lo tenga. Pero para mí es así como debe ser.

"A mí me gusta cantar y no estar pensando en la letra o el engarce, que vaya todo bien medido y ensayado”

–A usted le gusta machacar los repertorios vamos.

–A mí me gusta cantar el sábado y no estar pensando en la letra o en el engarce, porque eso va medido, metido a fuego, y con eso se disfruta. Hay gente que dice es que eso está mecanizado. No estoy de acuerdo. La improvisación nace del ensayo. Cualquier artista improvisa porque tiene la canción tan interiorizada que es capaz de hacerlo.

–¿Y qué nos vamos a encontrar cuando se abran las cortinas del Falla y aparezca 'La canción de la laguna'?

–Pues algo que no tiene que ver nada con ‘El marqués...’. David pensó que había que desviarse de ese personaje tan gaditano. Sabemos que es difícil hacerlo olvidar pero no ha habido más remedio que reinventarse y arriesgar por otra cosa que pensamos que es más atractiva y más fresquita si cabe. Pero sin perder la esencia de David Carapapa.

–Ha habido cambios en el grupo, según tengo entendido.

–Sí, hay siete variaciones.

–¿Por qué?

–Bueno, pues sencillamente porque no están de acuerdo con algunas cosas del autor, o de la dirección o simplemente porque querían descansar. Son siete y cada uno tiene sus motivos. Lo curioso es que hemos pasado un año formidable.

–Su hermano David vuelve a salir con Tino. Ricardo sigue en barbecho. Sólo un año han salido los tres juntos ¿no?

–Sí, el año de ‘Patio de las malvas’. Hubo una intentona el año de ‘Juana la Loca’. Yo iba a dirigir esa comparsa, estaba súper enamorado de esa comparsa pero al final por problemas personales míos tuve que dejar la comparsa. Menos mal que a última hora me propusieron el Dios Momo y aquello me quitó el gusanillo. Luego cuando descansó Tino tuve la oportunidad de hablar con mis hermanos y salieron conmigo en una comparsa que hicimos David Palomar y yo. La experiencia en el escenario fue muy bonita.

–Ha salido con grandísimos autores: Pedro Romero, Martínez Ares, Juan Carlos Aragón, Antonio Martín, los Carapapas, ha estado ensayando con Tino... ¿Se queda con alguno en especial?

–Lo que te da el cambiar tanto es una gran riqueza porque te das cuenta que todos los autores te llegan a sorprender. Lo que pasa que alguno lo hace de manera más constante. Pero vamos que yo ahora mismo no me voy a decantar por ninguno. Yo tuve una época muy martinista, hasta el año de ‘Los miserables’, que mi cabeza iba por un lado pero el vellómetro iba por otro, y tuve que darme cuenta que Martínez Ares me llegaba más que ninguna. Pero a partir de ahí hay un aprendizaje por el que veo que cualquier autor hoy día es capaz de hacer una maravilla.

–¿Cómo cree que puede afectar la muerte de Juan Carlos Aragón a la modalidad?

–Hombre el punto nostálgico, el echarlo de menos, está ahí, pero los que concursamos y ya tenemos entre ceja y ceja las tablas del Falla como que nos olvidamos de todo un poco. Evidentemente ha dejado un vacío enorme pero el Carnaval es tan grande que al final saldrán otros, aunque de ese nivel es muy complicado, y eso que tenemos buenos autores. Pero está claro que a Juan Carlos se le va a echar de menos siempre, al igual que a Manolo Santander.

–La experiencia de parir una comparsa como autor tiene que ser terrible.

–Es difícil.

–¿Y duelen más los palos, las críticas, cuando eres el padre de la criatura que cuando eres un mero componente?

–Lo que más duele es la indiferencia. Te das cuenta que el Concurso está hecho para los grandes, que es cierto que se han ganado ese privilegio, pero entiendes de manera súper nítida que esto está encorsetado para ellos, y que hay comparsas que ni siquiera se escuchan. Con la primera comparsa que yo hice, que fue ‘Los gobernantes’, con 10 tíos, yo contaba al revés. Yo decía, de 64 comparsas he quedado la 14. A mí me supo aquello como si hubiera ganado. Ahora, cuando estás en una grande si no quedas entre las seis primeras es un fracaso. Se vive de otra manera, cuesta mucho trabajo llevar una comparsa al Falla y la gente no te escucha, a no ser que te nutras de personajes importantes de la fiesta, que fiches a este o al otro y todo se magnifique.

–¿Cree que el hecho de no concursar durante un par de años le pudo costar algún peaje a David Carapapa?

–Yo creo que no. Juan Carlos también dejó de hacerlo y luego cantó un pasodoble y Cádiz se rindió a sus pies. A mí lo que me parece injusto es que hay autores, directores y componentes que lo protestan todo menos cuando ganan. Y yo pienso que es al revés, que hay que protestar y criticar precisamente cuando has ganado. Decir, he ganado, pero esto sigue igual, con los mismos fallos, el jurado está mal elegido, el Patronato no hace las cosas bien... eso hay que decirlo cuando se gana.

–¿Hay muchas cosas mejorables en la organización interna del Concurso?

–Sí que hay cosas mejorables. Estoy de acuerdo con lo que te decía el otro día Antonio Martínez Ares. Que hay que sentarse, que intentar unirnos, porque el Carnaval puede ser una industria grande pero no sabemos sacarle partido. Esto puede ser un motor para la ciudad y no nos damos cuenta, y lo único que hacemos es quejarnos de las agrupaciones que vienen de fuera, como si quisieran quitarnos nuestra fiesta. Al final esto lo manejan los mismos de siempre. Por eso me gustaría que el Patronato fuera un órgano consultivo pero que el que pusiera las normas fuera el Ayuntamiento. Y que lo diga claramente. Esto se va a hacer así y el que no quiera pues que no venga. Al final aquí no sabemos quién decide, quién maneja, parece que cuando hay un problema enseguida le echan las culpas al Patronato para que se lleve todos los palos. En fin.

"El Antifaz de Oro a mi padre llega tarde. Igual que mi tío merecía haberlo recibido en vida”

–¿Cómo se ha tomado su padre recibir el Antifaz de Oro?

–Aquí creo que tengo que ser un montón de sincero. Yo estoy muy agradecido a Antonio Rivas, porque además hablé con él varias veces y sé que ha sido uno de los responsables de que le hayan concedido el Antifaz a mi padre. Pero claro, hay que decir que llega muy tarde. Que estoy cansado de escuchar que si los puntos, que si uno por agrupación, que si medio por final... Mire usted, los que tienen la estrella en el Falla ¿cómo se ha medido eso? Se ha medido por la personalidad del artista, del autor, del componente, por el peso que tenía en la fiesta. ¿Tú crees que Martínez Ares o David Carapapa necesitan sumar puntos? Creo que es algo que se nos escapa de las manos. Hombre, conociendo a mi padre, no he querido tocar mucho el tema. Pero puede estar dolido por muchas circunstancias. Igual le hubiera gustado que se lo hubieran dado a su hermano en vida, cuando el mismo Juan Carlos decía que es el que mejor ha cantado en Carnaval en la historia, cuando los grandes coinciden que Catalán Chico ha sido el mejor, y de nuevo llega tarde. Además que cuando murió había muy poca gente allí en el tanatorio y fue muy triste.

–Como si el mundo del Carnaval le hubiera dado la espalda.

–Totalmente. Él le dio la espalda antes, pero yo no creía que el Carnaval fuera tan rencoroso. Podía pensar que un personaje como él, genio y figura, le diera la espalda al Carnaval, pero cuando estás allí y ves que es la fiesta la que le da la espalda duele. No es justo. Entonces puedo entender que mi padre en cierto modo piense que ha llegado tarde. A nosotros nos gustaría que lo recogiera, que lo recibiese, pero todo depende de él.

–Porque no tiene claro que vaya a recogerlo.

–Hoy por hoy no lo tiene claro. Y estamos sus hijos y sus nietos intentando convencerlo de que es un día bonito y que se lo merece. Él y su hermano lo merecen. Pero bueno, también hay que decir que si no va pues también habrá que entender sus motivos. Hay que protestar cuando se gana, y eso sólo lo hacen los genios.

–Un grande de la fiesta.

–Pues yo me di cuenta del respeto que se le tenía cuando entré en ‘Güenagente’. Cuando dijeron de quien era hijo a más de uno se le puso la cara blanca. Un respeto. Una admiración. Hay una cosa que sí me gustaría matizar. Mi tío Perico era el diablo, y mi padre era el angelito, pero no eran ni tan diablo ni tan ángel, lo que pasa que mi padre tenía un carácter muy fuerte, mucha personalidad, pero sabía estar, eso sí, cuando le tenía que poner las pilas a uno se las ponía. A mí me ha contado el hijo del Catumba que mi padre no dejaba entrar a su padre en el ensayo si llegaba cinco minutos tarde. Y eran amigos íntimos. No se casaba con nadie. Tampoco hay que llevar esas cosas a esos extremos claro, los tiempos han cambiado mucho desde entonces.

–¿Y sigue el Concurso su padre?

–Lo sigue pero a veces hace como el que no. Y si le gusta algo mucho mucho dice que está regular y si está regular dice que no vale na. Pero ya eso es la forma de su persona, de poner los puntos sobre las ies. Pero no tiene más remedio que seguirlo porque tiene a dos hijos que concursan. Está muy selectivo, eso sí.

–¿Se puede vivir del Carnaval?

–No vivir como tal, alguno sí claro, hay autores que viven del Carnaval o casi, y componentes que hoy en día cobran su paro incluso, alguna ayuda, y se podría llegar a vivir si tuviéramos más plataformas. Tenemos un teatro Pemán que no está explotado, un museo que no cristaliza, se pueden hacer circuitos en verano enfocados al turismo, con carnaval y flamenco. Si se programaran espectáculos semanales podrían sobrevivir muchas criaturas con ambas disciplinas, pero no tenemos la iniciativa necesaria.

–Los chinos te hacen un hospital en días y aquí no hay manera de terminar un teatro de verano.

–Pues así es. Vamos a tener que traer unos cuantos.

–Aunque vengan resfriados.

–Jajaja... Es que cogen una excavadora y te hacen lo que tú les pidas. No en serio, pero es que eso sería una inyección económica para Cádiz si tuviéramos eventos todos los fines de semana. Está el que te dice: ¿no se cansa de Carnaval la gente oé? Pues no se cansa. ¿Por qué se va a cansar? Te cansas tú, pero deja que cada uno disfrute con lo que le gusta y con lo que sabe hacer. Donde se construyen barcos, se construyen barcos, y nadie dice ¿no te cansas de hacer barcos? Pero si es mi trabajo, ¿cómo me voy a cansar?, si vivo de esto. Se puede sacar más partido al Carnaval. Que nadie lo dude.

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