Talibanes del gaditanismo y del humor. La chirigota de Vera Luque cierra la participación de la modalidad en las semifinales con un pase que mantiene la senda de los cuartos de final, con un buen repertorio que no se termina de redondear por los altibajos en las tandas de cuplés, lo que acaba penalizando a pesar de dejar algunos brillantes. Vuelven a relucir las críticas en los pasodobles. Destaca el primero por no haberse tocado hasta la fecha las protestas en Irán por el asesinato de Mahsa Amini por llevar mal puesto el velo, lo que le ha servido para ganar “la guerra al hombre en la tierra y a Dios en el cielo”. Muy dura la crítica de la segunda copla contra la manipulación de los medios, especialmente de los programas matinales, y su comparación con el Carnaval como un periodismo cantado, por lo que se revuelven ante esta sentencia porque en la fiesta “se dicen las cosas como se piensan, sin venderse a nadie y con más vergüenza”. La irregularidad lastra en parte a los cuplés, destacando los dos dedicados con el mismo chiste a Tamara Falcó y Plácido Domingo, que si les tiran una picha la cogen al vuelo; y el de la Infanta Leonor, cuyo final con lo que hace con Pinocho se lo guardan para cuando cumpla 18. No se inmolan.

A la final

Cuartos de final

El tipo. Talibanes gaditanos. Las coplas. En defensa de la única religión oficial, que es el Carnaval. La chirigota de Vera Luque vuelve dar otro buen pase, aunque algo menos redondo que en su estreno por una interpretación un poco menos segura y algunos altibajos en la tanda de cuplés, algo que no había sido habitual desde que usa la fórmula de tres en tres. A pesar de esto, esta agrupación vuelve a pegar con un apartado humorístico muy brillante en el popurrí, dos buenas letras de pasodoble y dos cupletones para cerrar las dos tandas. Con tirito a Macarena Olona por su nueva afición por el Carnaval en la presentación –caerán algunos más– , toman gran altura en los pasodobles. En el primero, por utilizar para hacer una crítica seria el tema estrella de este año: Froilán. Con una sangre que es “su mejor herencia” por las andanzas de su abuelo y su tatarabuelo, lo califican como “otro parásito más” y un “noctámbulo empedernido” que “vive del dinero tuyo y mío”, por lo que reclaman la llegada de la III República. La belleza se hace pasodoble en una segunda copla de homenaje al cuplé, definiéndolo a la perfección como “ingenio comprimido”, “chupito del chufleo” o “guantá a los aburridos”. Por ello, reivindican su soberanía y lo proclaman “patrimonio señero de los gaditanos para el mundo entero”. Aunque no mantienen la excelsa regularidad, dejan dos cupletazos al pintar un artista con la picha un retrato al alcalde de Madrid e imaginar el funeral de Juan Carlos I con paradas en todos los puticlubs.

Muy buena

Actuación en preliminares

El tipo. Talibanes gaditanos. Las coplas. Vera Luque regresa por todo lo alto a la modalidad que domina con un repertorio muy completo y, en esta ocasión, muy gaditano. Con un traje que parece hecho a medida, la idea la explota al máximo con un humor sin cortapisas, a veces ácido y a veces crítico, y con constantes referencias a la ciudad, algo que se agradece frente a los intentos de hacer un humor exportable. Aunque la presentación discurre con algo menos de brillo en los golpes, en la que le rezan al ayatolá Martínez Ares por las barbas que tiene, esta apuesta gaditana se mantiene en los pasodobles, con una música que tiene su punto clásico y que entra muy fácil. Dos buenas letras en esta tanda. En la primera, realizan una férrea defensa de la esencia del Carnaval de Cádiz frente a los que quieren ponerle límites al humor y fronteras morales. No se queda atrás la crítica a la situación de la ciudad en la segunda copla, en la que Vera Luque, desde su posición de votante de izquierdas, se muestra desencantado porque “la Tacita da pena verla”. Si la idea ya funciona, los cuplés vuelven a marcar la diferencia al ir de tres en tres y conseguir mantener un alto nivel, sobre todo los dedicados a Quiñones, cuyo pregón se justifica por todos los problemas del último año; y Dani Alves, al que en dos semanas ya le han partido el culo en la cárcel. El popurrí redondea la actuación al mostrarse más humorístico de lo habitual por la gran cantidad de golpes que acumula , además de tener la habilidad de meter la crítica a la turistificación.

Muy buena.

Previa

Una de las noticias del próximo Concurso Oficial de Agrupaciones del Gran Teatro Falla de 2023 es el regreso a la modalidad de chirigotas de José Antonio Vera Luque, dominador aplastante en los últimos años. Tras su corto pero interesante periplo en comparsas con 'Los quinquis', que obtuvo el respaldo del público y la crítica pero no del jurado, rescata para esta edición la idea del 'Frente Talibán de la República Irreverente de Kadikadistán', que en un principio estaba prevista para 2022. 

De esta forma, Vera Luque ha cumplido con su promesa de solo participar un año en comparsas como aliciente en la edición atípica del COAC que fue la de la pasada primavera.

Refuerzos como los de Fali Piñero y Javi Otero se mantienen en este grupo tras incorporarse para 'Los quinquis', lo que dará aún más fuerza a uno de los grupos que mejor suena de la modalidad. 

Vera Luque ha impuesto una supremacía nunca vista anteriormente en el reino de la chirigota al conseguir cinco primeros premios en sus últimas seis participaciones ('Esto sí que es una chirigota', 'Los superpop (una chirigota ochentera', 'Los del planeta rojo, pero rojo, rojo', 'No tenemos el Congo pa farolillos' y 'Los #Cádizfornia'), a los que hay que sumar el que conquistó en 2010 con 'Los que van por derecho'.