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Otra vez toca milagro

  • El cadismo ha vivido varios prodigios que se han convertido en leyenda · El domingo vuelve a ser necesario uno, que el equipo venza en Alicante para asegurar la salvación

Hubo un tiempo en que hablar de milagro era hacerlo del Cádiz. Una época en la que la España futbolística sabía que el equipo amarillo había alcanzado una especie de pacto con el altísimo mediante el cual salía airoso de toda batalla decisiva. Esa alianza, enterrada en el olvido durante una década, cobra vigencia en la semana más dramática que recuerda el cadismo.

Cuando menos se esperaba, el Cádiz se juega el domingo evitar el descenso a los infiernos. Otra vez llega el turno del milagro, las plegarias, los besos a estampitas cuarteadas, las velas al Nazareno y, sobre todo, es necesario disponer de once jabatos convencidos de que pueden, de que deben, de que Alicante pasará al libro de las gestas amarillas, como Elche, la promoción del Málaga o aquel mítico encuentro ante el Zaragoza en Carranza, cuando Quico, sin doble k, obró el prodigio.

Son milagros y milagritos que la mayoría guarda en su memoria. Para los más jóvenes, y para aquellos que no tengan claro qué significa la camiseta que portan, ahí va un recordatorio.

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ascenso en elche en la temporada 80/81

Una de las gestas más conocidas del Cádiz tuvo lugar el 24 de mayo de 1981 en Elche. El conjunto dirigido por Milosevic completó una segunda vuelta muy irregular que prácticamente le dejó con escasas opciones de ascenso. A falta de cuatro partidos, un Recreativo de Huelva que se jugaba la salvación visitó Carranza y se adelantó en el marcador. Aparecieron entonces algunos gritos de tongo, tongo y en la segunda parte llegaron tres goles locales. El partido acabó 3-1, que daba algunas posibilidades matemáticas y levantaba la moral de la tropa para el antepenúltimo encuentro, ante un Racing de Santander que también estaba metido en la pelea por el ascenso. El Cádiz jugó y ganó 0-1 con tanto de Choquet. En la penúltima jornada se venció al Burgos 3-0 con tantos de Pepe Mejías (2) y Choquet, y se llegó a la última jornada dependiendo de sí mismo. Había que jugar en Elche y ganar. El empate le daba el ascenso a los locales. Aquel Cádiz jugó con la siguiente alineación: Bocoya, Juan José, Hugo Vaca, Dos Santos, Amarillo, Manolito, Zúñiga, Mané, Choquet (Chano), Pepe Mejías y Luque. Los gaditanos se adelantaron en el marcador por mediación de Zúñiga, empató Chomin pero Mejías hizo un golazo en el tramo final del partido y propició el milagro. Curiosamente, esa campaña se produjo un hecho sin precedentes y que no ha vuelto a suceder. Cinco equipos terminaron la Liga empatados a 45 puntos: Castellón, Cádiz, Racing de Santander, Elche y Rayo Vallecano. Sólo los tres primeros subieron.

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ascenso a primera ganando otra vez al equipo ilicitano

En la campaña 82/83, el Cádiz llegó a la última jornada en cuarta posición con 45 puntos, uno menos que Mallorca y Deportivo, que eran segundo y tercero respectivamente en una tabla que comandaba el Murcia, muy destacado, con 54 puntos y el ascenso asegurado desde hacía semanas. El equipo de Milosevic, que seguía en el banquillo, necesitaba vencer y que uno de sus dos rivales tropezara. Pues bien, lo hicieron los dos: el Mallorca perdió 1-0 con el Castilla y el Dépor en su campo por 1-2 ante el Rayo Vallecano. El Cádiz venció 3-1 a los alicantinos con dos goles de Pepe Mejías y otro de Mágico González y logró su tercer ascenso a Primera División. Aquel día los amarillos jugaron con: Catalán, Chano, Dos Santos, Linares, India, Amarillo, Escobar, Mejías I, Mejías II, Choquet (Manolito) y Mágico González (López).

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cuatro triunfos seguidos para evitar la promoción

La mejor racha en Primera División de la historia cadista data de la campaña 89/90. David Vidal comenzó en el banquillo hasta que fue destituido en la 29ª jornada, Ramón Blanco, que entonces entrenaba al filial, se hizo cargo del plantel una semana y posteriormente llegó el británico Addison. Con éste se lograron cuatro triunfos consecutivos por 1-0 en las cuatro últimas jornadas ligueras. El Cádiz corría serio peligro de descenso pero acabó eludiendo hasta la promoción. Sus víctimas fueron Rayo Vallecano -al que mandó a Segunda en su propio estadio con un gol de Husillos-; Real Sociedad, también con gol de Husillos; Tenerife en el Heliodoro Rodríguez, merced a un gol en propia puerta de Manolo Hierro; y Celta, en un último partido en el Ramón de Carranza, donde marcó Manolito.

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quico y el milagro de la remontada al zaragoza

De entre todos los milagros cadistas hay uno que sobresale notablemente. Se produjo el 9 de junio de 1991. El Cádiz encaraba la última jornada de Liga obligado a vencer al Zaragoza en su campo. Un empate le condenaba al descenso automático y el triunfo le permitía disputar la promoción, a la que, a su vez, mandaba al cuadro maño. Los amarillos dominaron, pero quien marcó primero fue Higuera, que silenció el Carranza. La tragedia estaba más cerca. Entonces, Ramón Blanco reaccionó y dio entrada a un canterano, Quico, mediada ya la segunda parte. En una de sus primeras acciones fue objeto de un penalti que transformó Dertycia. El Carranza y el equipo creyó entonces que era posible y poco después Quico, tras un gran amago y desde la frontal del área, batió al ex cadista Cedrún. Fue la locura. Irigoyen se abrazó con Antonio Benítez, quien a voz en grito le espetó: "te lo dije, Quico, la solución". En aquel mítico encuentro, el Cádiz jugó con: Szendrei, Raúl Procopio, Oliva, Carmelo, Cortijo, Poli (Quico), Quevedo, Barla, Mejías, Jose (Husillos) y Dertycia.

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szendrei y la promoción contra el málaga

Este quinto milagro no hubiera sido posible sin aquella remontada ante el Zaragoza. Pero ésta llegó y el destino emparejó a los amarillos con el Málaga en una promoción de infarto. El partido de ida se jugó en La Rosaleda el 12 de junio y acabó con triunfo local por 1-0. La vuelta, una semana después, el día 19, en el Ramón de Carranza, con un estadio que era una olla a presión. El Cádiz jugó ese partido trascendental con Szendrei, Raúl Procopio, Oliva, Carmelo, Barla, Quevedo, Poli, Mejías (Juan José), Quico, Jose y Dertycia (Manolito). En el primer tiempo, Quevedo, en la disputa de un balón y cuando ya tenía una amarilla, impactó brutalmente contra un rival y vio la segunda amarilla, lo que hacía más difícil aún levantar la eliminatoria. No obstante, la fe de aquel equipo debe servir de ejemplo a este Cádiz. Nunca se rindió y a base de perseverar llegó el tanto de Jose González, ahora técnico del Córdoba y que por primera vez deseará que el milagro cadista no llegue a buen fin, que empataba el doble enfrentamiento. Al término de los 90 minutos y de una agónica prórroga, se llegó a una tanda de penaltis donde Szendrei detuvo primero el lanzamiento que habría dado el ascenso al Málaga y luego un segundo, tras anotar Juan José, que dejaba al Cádiz en Primera y abocaba a los malaguistas a la desaparición.

Han habido más milagros, pero estos son los más significativos y recordados. El domingo toca otro, el más sencillo y el más difícil a la vez: quedarse en Segunda con una plantilla confeccionada con otras miras.

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