La misma intensidad que Claudio Barragán exige a los jugadores sobre el césped es la que él emplea desde la banda. Y eso que no pudo ser más plácido el estreno del valenciano en el banquillo del Cádiz. Con traje, aunque sin corbata, al igual que su segundo, Alfredo Santaelena. El técnico había pisado el santuario cadista en su etapa de futbolista, cuando jugó con el Súper Dépor en el estadio Carranza hace un par de décadas en la época dorada de los dos equipos. Ahora comparece de nuevo pero esta vez con el encargo de guiar al conjunto amarillo a Segunda División A. Lo hizo ayer por primera vez como entrenador del Cádiz sin el más mínimo sobresalto porque le tocó en suerte debutar ante uno de los peores equipos que han pasado por el coliseo gaditano en los últimos años.

La tranquilidad de una victoria más que segura le hizo vivir el partido de su estreno con más tranquilidad de la imaginable, aunque no por ello dejó de mostrar ese carácter que pretende imprimir a sus jugadores. De hecho, alternó momentos sentados en el banco con otros de pie, en la zona reservada al entrenador. Desde allí dio órdenes a sus pupilos, animó, aplaudió, gritó, silbó, gesticuló, puso cara rara en alguna acción, observó... No paró durante buena parte del encuentro, aunque en otras se tomó un respiro.

Alfredo Santaelena también se dejó ver en la banda. La mayor parte del tiempo permaneció sentado, aunque de vez en cuando se asomó para aportar su grano de arena. De hecho, por momentos pareció que los técnicos se había repartido el trabajo. Claudio dio instrucciones al colectivo y a Alfredo se le vio más centrado en el plano individual con diálogos cortos y directos con jugadores. A veces empleó el típico gesto con las dos manos de los entrenadores como queriendo decir a los futbolistas que movieran el balón de un lado a otro.

La puesta en escena de Claudio y Alfredo fue a la vez tranquila e intensa. Con energía, aunque la facilidad del partido les permitió vivir un estreno a favor de corriente, sin sobresaltos y con menos tensión de la que les aguardan futuros compromisos ante rivales de mucha más entidad.