Más propicio no podía ser el rival para el estreno del entrenador. El Lucena demostró en el estadio Carranza por qué es el peor visitante del grupo IV y puso fácil, pero que muy fácil, el debut de Claudio Barragán en el banquillo. El Cádiz no tuvo el más mínimo problema para deshacerse de un equipo carne de Tercera División que apenas opuso resistencia al vendaval ofensivo de los gaditanos, que perdieron una ocasión de oro para pegarse un atracón goleador delante de la afición en un partido de guante blanco.

Ayudado por la debilidad del oponente y la calidad propia, el Cádiz fue una auténtica apisonadora, mandó de principio a fin con una presión asfixiante y un ataque en tromba que si no dio más frutos fue por la falta de más acierto en los metros definitivos. A nadie hubiera extrañado si en la tablilla de Preferencia que hace las veces de marcador hubiera aparecido el número 7 o el 8. No es una exageración. Tres dianas se antojan como un botín escaso, aunque lo que importa es que los tres puntos se quedaron en casa.

Poco cambió el desarrollo del juego del equipo respecto a la reciente etapa de Antonio Calderón. Un encuentro tan sencillo no sirve de referencia para medir la temperatura de un conjunto amarillo al que habrá que evaluar en exámenes más exigentes como el del próximo domingo en Cartagena. El de ayer era un choque para solventar sin entrenador y visto lo visto, para ganar por mucho más de tres goles de diferencia.

La presencia de Mantecón en el lateral derecho, Andrés Sánchez en el izquierdo, Arregi de central y la vuelta de Juan Villar eran las novedades del primer once con el que Claudio Barragán se presentaba en sociedad. El técnico se decantaba además por la dupla de artilleros Jona-Airam Cabrera. El 4-4-2 se convertía en la primera apuesta del nuevo inquilino del banquillo y el Cádiz, como era de esperar, llevaba la iniciativa en un arranque vertiginoso, con el acelerador pisado a fondo en busca de un gol tempranero que en circunstancias normales hubiera llegado si Airam Cabrera no desperdicia la ocasión más clara que quizás haya tenido en su trayectoria como futbolista. Si mayúsculo era el error de Javi López al regalar el balón a Juan Villar en el minuto 3, todavía más claro era el fallo del canario. Solo a dos metros de la portería, que estaba vacía, tras recibir del onubense, mandaba la pelota fuera de manera inexplicable cuando lo más fácil era introducirla entre los palos. Pesadillas habrá tenido el tinerfeño con ese error de bulto y con el penalti que marró en la segunda parte.

El fallo clamoroso no hacía sino retrasar la hora de un gol que tenía que llegar tarde o temprano dada la manifiesta superioridad de los locales sobre un Lucena limitado, sin más recursos que el patadón y las acciones a balón parado. El equipo más flojo que ha pisado césped del estadio Carranza en mucho tiempo y pese a ello, le costó a los amarillos abrir la lata, justo 23 minutos, cuando Kike Márquez culminaba una buena acción ofensiva. El sanluqueño, atento en boca de gol, remataba a placer un servicio de Juanma Espinosa desde la línea de fondo.

Antes del 1-0 habían disfrutado de varias oportunidades claras los anfitriones. Un tiro cruzado de Jona con poco ángulo que se marchaba fuera, un centro chut de Andrés Sánchez con destino final en un poste, un cabezazo de Jona sin oposición junto al área pequeña que de manera increíble se perdía por encima de la portería... 

Los amarillos llegaban una y otra vez a las entrañas del rival. Nunca habían pisado el área contraria con tanta frecuencia como ayer, pero nunca había sido tan escasa la renta por tanto dominio. Ya con ventaja en el marcador, Kike Márquez quería repetir alegría pero su lanzamiento de falta, esquinado, se topaba con la mano salvadora de Javi López. La primera parte después de 45 minutos con un solo equipo sobre el terreno pero una diferencia exigua que no hacía sino reflejar la falta de tino en la definición.

El guión no cambiaba tras el intermedio pese al tímido intento de reacción de los visitantes con la entrada en escena del veterano Pepe Díaz. El Cádiz era una máquina tanto de fabricar oportunidades como de fallarlas. Con un poco de acierto la goleada hubiera sido de esas que pasan a la historia.

La misión era cerrar el partido cuando antes para evitar situaciones desagradables como la vivida contra El Palo, un rival de más entidad que el Lucena. En el 53, Andrés Sánchez rozaba el gol con un zurdazo que se escapaba junto a un palo tras un magnífico pase de Espinosa. Era el preludio del segundo tanto, que se convertía en realidad tres minutos después. Una contra mortal terminaba con tres jugadores contra un defensa y el portero. Airam Cabrera irrumpía por la derecha, centraba al segundo palo, Juan Villar no legaba por centímetros y Jona, detrás suya, se elevaba para, esta vez sí, acertar con el testarazo a puerta vacía.

Ese gol aseguraba los tres puntos frente a un adversario incapaz de generar más una oportunidad, la propiciada por un error de Andrés Sánchez (en minuto el 66) aprovechado por Caballero para intentarlo con un flojo disparo que Aulestia no acertaba a atrapar y a punto estaba de alcanzar la pelota Pedro Beda. Esa era la única aparición con peligro del Lucena en todo el partido. Antes de esa aproximación el Cádiz había dejado un reguero de ocasiones perdidas que otro día, ante un adversario con algo más de entidad, sí que puede costar caro. Domingo se interponía entre el esférico y la portería a un duro lanzamiento desde la frontal del área de Juan Villar poco antes de que Javi López firmara una grada parada tras un derechazo del onubense, sin suerte de cara a puerta. De nuevo el de Cortegana se hacía con un regalo del cancerbero para disparar a placer y encontrarse con el brazo de Domingo, que impedía el gol. Penalti claro y expulsión del ex cadista, uno de los más acertados de su equipo. Airam Cabrera tenía la ocasión de resarcirse desde el punto fatídico. Nunca había fallado desde los 11 metros como jugador del Cádiz hasta que ayer, en el minuto 64, mandaba la pelota a la grada de Fondo Norte. Menuda mañana la del canario, que en lugar de hundirse, buscaba con más ahínco el premio que más gusta a todo delantero. Javi López sacaba poco después un zurdazo del 9 amarillo poco antes de que Claudio efectuara su primer cambio al dar  entrada a Migue García por Jona. El jiennense se ubicaba en la banda izquierda, Kike Márquez pasaba a la  mediapunta para formar un dibujo 4-2-3-1.

A todo esto, Airam seguía a lo suyo y a punto estaba de lograr su objetivo en el 69 al rematar alto un centro de Juan Villar. La siguiente iba a ser la definitiva para el de Puerto de la Cruz. En el 72, Airam recogía un balón suelto dentro del área, se acomodaba el balón en dirección a su pierna buena, la izquierda, y batía por fin a Javi López de un certero lanzamiento. Lo celebraba con rabia el ariete, que se quitaba el mal sabor de boca antes de buscar sin respiro el doblete, pero Javi López (en el 78) desviaba un flojo pero intencionado intento de Airam, que después empalaba fuera por poco en su penúltima oportunidad, porque tendría una más en el 89 con un cabezazo que se iba alto.

Era la mañana de las mil y una ocasiones, casi todas a la basura. Migue García también tenía una clara (en el 83) al quedarse solo ante Javi López, pero el portero salía ganador del mano a mano.

En ese minuto ya estaban en el campo Kike López y Navarrete, sustitutos de Juan Villar y Kike Márquez.

Cádiz: Aulestia; Mantecón, Servando,  Arregi , Andrés,  Garrido, Juanma, Kike Márquez (Navarrete min.80), Villar (Kike López min. 74), Airam y Jona (Migue Garcia. Min.68)

Lucena: Javi López; Albiol, Domingo, Sarmiento, B.Romero, Torres, Araujo, J.Manuel, Poley (Maxi. Min. 37), Pato  y Pedro Beda.

Árbitro: Santos Pargaña, del colegio andaluz.

Tarjetas: Roja para Domingo en el minuto 63. y amarilla para Torres en el 77 por el Lucena.

Goles: (1-0) Kike Márquez min. 23; (2-0) Jona min. 57; (3-0) Airam Cabrera min 72 

Incidencias: Partido de la décimoquinta jornada de Liga disputado en el estadio Ramón de Carranza.