19.56 horas del 1 de mayo de 2011. Ésta fecha, y esta hora, ya está escrita, con letras de oro en los anales de un club, modesto, trabajador, entusiasta y luchador. El Grupo de Empresas Bazán consiguió el domingo ver realizado un sueño, y de momento no quiere despertar, solamente quiere seguir en esa nube que le ha proporcionado el estar el año que viene en la Primera Andaluza. Una quimera a principios de temporada.

Y es que los aurinegros comenzaban la campaña envueltos en mil y una dudas, con problemas económicos, recién ascendidos y con el firme propósito de lograr mantener la categoría. Prácticamente con el mismo grupo, salvo pequeños retoques, que habían logrado llevar a la entidad a la Regional Preferente, pero sin grandes ambiciones.

Pero de la noche a la mañana todo cambió y los partidos se fueron traduciendo en victorias y el equipo se encontró cómodo en lo más alto de la clasificación, y en esas posiciones miraba a sus rivales y era tremendamente eficaz en su campo, y ganaban partidos in extremis y se lo fueron creyendo.

Así afrontaron la recta final del campeonato, con las ilusiones intactas y con un sueño del que no querían despertar.

Avatares del destino quisieron que el último partido fuese entre el primer y segundo clasificado, con un Industrial pisando los talones. La victoria y el empate, para los isleños, la derrota, para los de Queco.

El descanso fue un poema. Dos a cero y situación harto complicada. Los gaditanos se exhibían en un Carranza donde, sorprendentemente, se escuchaba más ánimos para los isleños.

Pero la segunda parte fue la recogida de las cosas bien hechas, del trabajo de una temporada, de unas ilusiones intactas y que mejor manera de ascender que marcando cuando el tiempo reglamentario había expirado, en el tiempo añadido, en el bendito descuento que tantas y tantas alegrías ha dado a los de Manolo Colón esta temporada.

Después se desató la locura, la lógica locura y todo fueron felicitaciones, abrazos y llantos. Lágrimas de un equipo que ha sabido sufrir para llegar a donde ha llegado, ha hacer realidad su sueño.

Manolo Colón sigue en la nube y dedica el ascenso " a mi familia, que siempre ha estado ahí conmigo". Para el técnico del doble ascenso consecutivo esto es "un premio al cuerpo técnico, a la directiva y a los que domingo tras domingo acuden al campo a estar con nosotros". Mirando atrás confirma un complicado año "donde se ha sufrido mucho, pero olvido lo malo por lo bueno, por lo que estamos viviendo". En su lanzamiento de mensajes hay uno claro. "Es el momento de estar juntos, el primer equipo y nosotros de la mano, porque eso es importante para San Fernando".

Por su parte, Paco Gil también se llena la boca de agradecimientos "a todos los que se han alegrado del ascenso del Bazán". Gil era claro al sentenciar que "yo estaba tranquilo, porque sabía que se tenía que recoger la siembra de mucho tiempo y esto es como un hortelano que planta en un terreno complicado, pero ahora ve que esa semilla ha florecido". El presidente se lo dedica de manera especial "al que está siempre a mi lado (Viti) y a toda mi familia", dijo.