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Un soberbio San Fernando somete al líder en Bahía Sur (2-0)

Biabiany remata en un lance del partido.

Biabiany remata en un lance del partido. / San Fernando CD

En el fútbol basta creer. Creer en si mismo. Creer en lo que haces. Creer en lo que dispones. Y creer que se puede. Y el San Fernando creyó tanto que se superó, mostró la mejor cara de la temporada, y consiguió que el Castellón, intratable líder del grupo 2 de la Primera RFEF, el equipo invicto, ese que atesoraba cinco victorias consecutivas, ocho desde que comenzó la competición y que solamente había cedido un empate, hincase la rodilla en el Iberoamericano de Bahía Sur el sábado 29 de octubre. Y lo hizo porque se encontró enfrente a un equipo que creyó en sí mismo y ganó (2-0) y que si ofrece lo que ofreció en el Bahía Sur se puede convertir en intratable.

Es la tercera victoria consecutiva de los azulinos que despejan dudas, que alejan fantasma, que les vuelve a unir a una afición que disfrutó de lo lindo. Como han cambiado las cosas en tan solamente tres semanas y es que el fútbol es tan grande que, en un visto y no visto, lo negativo se vuelve de lo más positivo.

Pero es que los azulinos no están dando tregua, ni siquiera porque se trate del Castellón, que demostró que tiene un tremendo potencial, una tremenda pegada, y unas tremendas posibilidades de abandonar una categoría que si para ellos es un infierno y para otros sabe a gloria.

Santaelena volvió a cambiar para buscar solución a los problemas que le pudiese plantear el rival. El técnico madrileño decidió poner por delante de la defensa de cuatro a dos pivotes, David Ramos y Fullana, para adelantar la posición de Dani Molina y buscar que la presión alta, el estar en campo contrario del rival provocase duelos de uno contra uno en los balones largos a Biabinay o Aquino.

Y le salió a la perfección, porque consciente de que el Castellón quería protagonismo, encontró en los dos baluartes del equipo la solución casi única. Por ello, a pesar de el equipo castellonense fue el primero que avisó de sus intenciones en el minuto 2 en un disparo de De Miguel que obtuvo la respuesta acertada de Fuoli, fueron los isleños los que parecían tocados por la varita de la resolución. Si Biabiany lo intentó en el 11 en un centro de David Ramos, en el 18 estuvo más certero que nunca para poner el uno a cero, ese resultado que, sabiéndolo manejar, tenía que ser definitivo.

Los foráneos apretaban y Medunjanin estrellaba el cuero en el travesaño a la salida de un córner en el 24 y en el 26 un error en la salida de balón desde atrás le pudo costar caro al equipo de Santaelena, pero ahí estaba Fuoli para dejar su portería a cero.

La primera parte fue vibrante, intensa, apasionante con jugadas continuas en una y otra área y si en el 28 la tuvo Aquino, en el 30 la tuvo David Ramos y en el 37 de nuevo Biabiany a centro de David Ramos. El respetable despidió a su equipo con una tremenda ovación cuando finalizó la primera mitad. Habían hecho también que se creyera desde la grada.

En la segunda parte, como era de esperar, el ritmo decayó, pero no mucho. El Castellón ya atacaba con la ansiedad que te da las prisas, y los isleños no dejaban resquicio alguno para que todo no terminara como se había planteado, con la sorpresa de la primera derrota del líder.

Biabiany se plantó solo ante Gonzalo y no supo resolver en el 60’ y en el 73 lo intentó Julio Gracia desde lejos, pero Fuoli no se dejó intimidar. Quizás la más clara, la definitiva estuvo en el 76’ cuando Biabiany robó un balón en la salida desde atrás castellonense y se midió en mano a mano al cancerbero albinegro. En esta ocasión el francés no estuvo tan afortunado como en la primera y ganó la partida el portero.

Los últimos minutos fueron de acoso foráneo. El Castellón necesita imperiosamente empatar y ya tenía todo su potencial en el campo. Eso dejó espacios, dejo mucho terreno sin marcar y ahí hay especialistas que sentencian. Lo hizo Carlos León con su primer tanto como azulino, y lo hizo a pase de Marcelo que en tres jornadas lleva dos asistencias y un gol, y lo hizo para que la algarabía fuese máxima, para que la celebración se escuchase lo más lejano posible, para sumar tres nuevos puntos.

Es verdad que pudieron ser más goles porque en lo que restaba de encuentro el equipo azulino defendió atacando y que Pau Martínez tuvo el tercero en sus botas en el descuento. Pero ya estaba dictada la sentencia, la primera derrota del líder ante un equipo que está en alza.

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